Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales

Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco

ISSN 2347-081X

http://www.revistas.unp.edu.ar/index.php/textosycontextos

2023. Núm. 11. 91-115

Los estudios de seguimiento a egresados en la educación media

Una oportunidad para repensar la educación

Follow-up studies on secondary education graduates: An opportunity to rethink education

Olga Yineth Carvajal Sapuy

olgayi@hotmail.com

Universidad Americana de Europa

Fecha de recepción: 8 de febrero de 2023

Fecha de aprobación: 18 de abril de 2023

Fecha de publicación: 31 de julio de 2023

Para citar este artículo: Carvajal Sapuy, Olha Yineth (2023). Los estudios de seguimiento a egresados en la educación media: Una oportunidad para repensar la educación media. Textos y Contextos desde el sur, N.º 11, 91-115.

Resumen

El documento que se presenta a continuación, muestra los resultados de un ejercicio que tuvo como objetivo el diseño de una propuesta enmarcada en el Seguimiento a Egresados, que incorpora criterios y elementos para la revisión y reforma del Proyecto Educativo Institucional (PEI) de una institución de educación básica y media de tipo rural, ubicada al sur del departamento del Huila en Colombia.

La población estuvo conformada por estudiantes egresados entre los años 2006 - 2018; trata de un estudio de tipo mixto con preponderancia del enfoque cualitativo, explorado desde el diseño explicativo secuencial; se hace posible que, por un lado, se analizan datos de tipo cuantitativo donde aparece un formulario de encuesta para el conocimiento de las trayectorias de los egresados, así como su satisfacción frente a la educación recibida; y por el otro, un muestreo no probabilístico para la conformación de un grupo focal, que permitió recoger los datos cualitativos, a favor de una reforma institucional.

Los resultados validan la necesidad de que se incorpore la voz de los egresados en los ejercicios de evaluación y reforma al interior de las instituciones de todos los niveles, máxime si estas emergen en contextos tan complejos como lo es el rural.

Abstract

The document presented below shows the results of an exercise that had as its objective the design of a proposal framed in the Follow-up of Graduates, which incorporates criteria and elements for the review and reform of the Institutional Educational Project (PEI), from a institution of basic and secondary education of rural type, located to the south of the department of Huila in Colombia.

The population was made up of students graduated between the years 2006 - 2018; It is a mixed-type study with a preponderance of the qualitative approach, explored from the sequential explanatory design; it is possible that, on the one hand, quantitative data is analyzed where a survey form appears for the knowledge of the trajectories of the graduates, as well as their satisfaction with the education received; and on the other, a non-probabilistic sampling for the formation of a focus group, which allowed the collection of qualitative data, in favor of an institutional reform.

The results validate the need for the voice of graduates to be incorporated into evaluation and reform exercises within institutions at all levels, especially if they emerge in contexts as complex as rural ones.

Palabras clave

Seguimiento de egresados, Trayectorias, Educación rural, Proyecto Educativo Institucional

Key words

Follow-up of graduates, Trajectories, Rural education, Institutional educational project

Hacia una aproximación de las necesidades de intervención institucional, a partir del seguimiento a egresados

Naranjal es un territorio colombiano que se ubica en el municipio de Timaná al sur del departamento del Huila, sobre el valle montañoso del Río Magdalena entre las cordilleras central y oriental; territorio rural, del cual emerge la presente investigación. En el Centro Poblado Naranjal sólo existe la Institución Educativa Naranjal (IEN), la población estudiantil y sus familias se clasifican dentro de los estratos socioeconómicos uno y dos; en la comunidad no existen organizaciones deportivas ni sociales que congreguen la población infantil, juvenil y adulta, ni existen sitios o programas destinados a la recreación y aprovechamiento del tiempo libre. La administración municipal y cooperativas periódicamente apoyan estas actividades enviando instructores deportivos, pero generalmente no son constantes y los procesos no se llevan a feliz término.

La tendencia de la población joven es a emigrar hacia otros lugares que les ofrezcan mejores oportunidades de trabajo y educación; la inestabilidad en general del sector campesino ha contribuido a que muchas familias se desplacen a otros sitios en busca de alternativas ocupacionales. Con todo, a causa de la pandemia por el Covid 19, en los últimos dos años Naranjal ha recibido decenas de personas que perdieron sus empleos en las ciudades, las que se dedican a las labores del campo, especialmente a la siembra y cultivo del café.

Gráfico N°1: Espacio geográfico Fuente: Elaboración propia.

El Sistema Educativo Colombiano y por ende el de la IEN está conformado por la Educación Inicial, la Educación Preescolar, la Educación Básica de la que hacen parte los grados que van de primero a quinto, la Educación Básica Secundaria integrada por los grados sexto, séptimo, octavo y noveno, así como la Educación Media integrada de la que hacen parte los grados décimo y undécimo; culminando así con el título de bachiller y la posterior Educación Superior que integra niveles técnico, tecnológico y superior.

El Proyecto Educativo Institucional, o por sus siglas PEI, es definido por el Ministerio de Educación Nacional (MEN) a partir de la Ley 115 de 1994, Ley General de Educación, como aquella ruta de navegación en la que se les muestra a escuelas y colegios: “entre otros aspectos los principios y fines del establecimiento, los recursos docentes y didácticos disponibles y necesarios, la estrategia pedagógica, el reglamento para docentes y estudiantes y el sistema de gestión” (Art. 73). De igual manera, la ley señala que este debe responder a situaciones y necesidades concretas de todos y cada uno de los actores que hacen parte del ejercicio educativo: educandos, educadores, comunidad; así como ser concreto, factible y evaluable (Art. 73).

Lo anterior nos ubica de entrada ante una de las dificultades y por ende necesidades que atañen a los escenarios educativos en la actualidad, y es que como mencionan Mosquera y Rodríguez (2018) a pesar de que el seguimiento se consolida como un instrumento fundamental para planear la educación, se ha convertido desde ya hace varios años en una colcha de retazos, dado que las instituciones se dedican a copiar y pegar de otras y no realizan el ejercicio situado que implica tener en cuenta las características propias de la población que atiende, así como sus demandas y necesidades.

En este orden de ideas, se ha tendido a pensar este como un documento más con el que debe cumplirse ante el MEN, pero “esta manera de asumirlo ha producido un vaciamiento de los PEI, al no ser consultados y actualizados para atender las problemáticas educativas” (Mosquera & Rodríguez, 2018, p. 257) tales como las trayectorias posgraduales interrumpidas, el aumento de las brechas educativas y laborales, etc. Se presenta entonces un escenario educativo en donde los procesos de evaluación y retroalimentación institucional son poco rigurosos, pues no impactan de manera asertiva en los PEI y mucho menos integran a la comunidad en su totalidad. Los egresados, por su parte, no cuentan con un soporte definido de vinculación al interior de las instituciones educativas, así como no hay algún interés por el conocimiento de sus trayectorias posgraduales en cuanto a lo social, educativo, laboral, etc., en miras a trayectorias mucho más lineales e ininterrumpidas.

En este orden de ideas, una de las necesidades que atañe a los procesos de evaluación y retroalimentación institucional respecto a lo pedagógico, formativo y de impacto comunitario se refiere tanto en los sectores oficiales como no oficiales, tiene que ver con la ausencia de escenarios de participación, en donde los distintos estamentos que conforman la comunidad educativa tengan cabida.

Respecto a lo anterior: el artículo 68° de la Constitución Política de Colombia (1991), el artículo 6° de la Ley General de Educación (1994), el Decreto 1860 (1994) y el artículo 2.3.3.1.4.1 del Decreto 1.075 (2015) señalan el hecho de que la comunidad educativa –estudiantes, educadores, padres de familia, egresados, directivos docentes y administradores escolares– deben participar en la orientación de los establecimientos para la educación. Se enuncian así aquellas personas que tienen responsabilidades directas en la organización, el desarrollo y la evaluación del PEI que se ejecuta en el establecimiento educativo que es en pocas palabras el documento que engloba en su totalidad el quehacer institucional y que debe tener en cuenta las condiciones sociales, económicas y culturales del medio en el que se inserta el centro educativo. Es así como las instituciones educativas han establecido un organigrama que señala la incidencia que cumplen los egresados dentro de esta, y goza así de un papel enunciativo, pues su rol e importancia dentro del necesario ejercicio evaluativo y de retroalimentación se suele obviar.

En cuanto a los procesos de evaluación institucional refiere, y que inciden de forma directa sobre la acción educativa en los estudiantes, entendido como aquel elemento que mejora la calidad educativa, los establecimientos pueden adelantar así tres tipos de evaluación:

  1. Evaluaciones en el aula
  2. Evaluaciones censales
  3. Evaluación institucional (MEN. s.f)

Respecto a la primera (López, 2010) se describe como cualquier estrategia usada por los profesores para recolectar información sobre el proceso de aprendizaje. Por la segunda, se ubican las pruebas aplicadas por el Instituto Colombiano para la Evaluación de la Educación (ICFES) al finalizar los distintos ciclos de la básica y la media: grados quinto, noveno y undécimo (MEN. s.f). Frente a la última, y es de la que interesa hablar aquí; la Ley General de Educación (1994) señala que en todas las instituciones se llevará a cabo: “una evaluación de todo el personal docente y administrativo, de sus recursos pedagógicos y de su infraestructura física para propiciar el mejoramiento de la calidad educativa que se imparte” (Art. 84). Esta evaluación será realizada por el Consejo Directivo de la institución, de acuerdo con los criterios y objetivos que sean establecidos por parte del MEN.

Tenemos que el proceso evaluativo no engloba los parámetros ni población pertinente para asegurar una apuesta asertiva y concreta de mejoramiento, que ayude a posicionar la institución cada vez más con los requerimientos del contexto, no solo del territorio en cuanto a rural se refiere, sino también de los entornos educativos y laborales con los que se encuentran los egresados. Se tiene entonces que esta forma de organización que aspira a generar un proceso evaluativo, no involucra aquellos actores indispensables dentro del mismo, ni posibilita los adecuados escenarios de diálogo, discusión y proposición; pues dicha evaluación debería pensarse como lo indica la Fundación para el Desarrollo PROANTIOQUIA:

una acción colectiva, situada, estructurada, planificada, participativa y deliberativa, que debe ser guiada por información fidedigna, interna y externa de la institución, y que se presenta como un proceso permanente que tiene en el seguimiento y la evaluación constante del plan de mejoramiento, y del plan de acción, su ruta crítica (ProAntioquia, 2017, p. 71).

La IEN carece de escenarios que posibiliten lo anterior, y es ahí en donde el presente ejercicio de investigación toma sentido. Hace dieciséis años, es decir a partir del año 2006, viene la IEN lanzando a la sociedad bachilleres académicos, que para el año 2021 tenemos un total de 240. Alrededor de estas promociones se carece de un proyecto de seguimiento que contenga una base de datos sobre el desempeño personal, educativo, laboral y social, y sobre todo se ignora la apreciación que ellos tienen sobre como posibilitar mejores trayectorias para quienes continúan graduándose de la IEN.

Así el panorama tanto del contexto como el problema investigativo, es válido preguntarse: ¿cuál será el grado de satisfacción de los estudiantes respecto a la formación recibida en la IEN? ¿Qué hay de sus trayectorias educativas, laborales, etc.? ¿será que la educación media recibida ha posibilitado aunar caminos, en la realización de sus proyectos personales, educativos y laborales? y aún más importante ¿será que los egresados pueden contribuir desde sus trayectorias posgraduales, en los procesos de evaluación, retroalimentación y mejora institucional?, y de esta manera poder preguntarnos ¿Cuáles son los criterios y elementos que permitan revisar, evaluar y reformar el PEI de la IEN, a partir del seguimiento de sus egresados?; Estas sin duda, son preguntas que aparte de contribuir en el diseño de la propuesta, orientarán la ruta investigativa del presente trabajo.

Se pone en evidencia entonces la importancia que tiene el PEI para una Institución de Educación y todo lo que enmarca, pues este más allá de concretar una visión, misión y un plan de desarrollo institucional, edifica todo un sentir y actuar de una institución, que apuesta en la generación de acciones que impacten en la comunidad donde se inserta, y que posibilite aunar esfuerzos en los diferentes caminos de vida posgradual de los estudiantes. La educación de la que se habla, y que se enmarca en el concepto de la “calidad” solo podrá ser alcanzada en la medida en que las instituciones entiendan la vitalidad del ejercicio autoevaluativo, que propenda con la construcción de planes de mejoramiento y reforma, así como seguimiento permanente de su proyecto educativo y de las acciones establecidas para alcanzarlo. Es indispensable entender que dicho proceso no es aquel que se ha convertido en el común denominador de las instituciones educativas:

uno poco riguroso, sin participación de la comunidad educativa y sin análisis de información de la escuela que se convierte solo en un procedimiento con el que el rector cumple frente a las secretarías de educación, para evitar ser objeto de sanciones disciplinarias (ProAntioquia, 2017, p. 171).

Pues es ahí en donde el sentido educativo se pierde, así como el nivel de rigurosidad que le merece para alcanzar los objetivos que le han sido encomendados. Reconocer la manera en la que la educación incide sobre estos entornos y el acceso de los sujetos a los diferentes desafíos que presentan las sociedades actuales, con el grado de complejidad al que han llegado para el siglo XXI, solo es posible a partir de la generación de espacios en donde los sujetos de la educación, entendiéndose como aquellos actores que juegan un papel protagónico y que más están implicados dentro del ejercicio educativo, llámense estudiantes o egresados (Di Caudo, 2007); y que son quienes le viven y le habitan en la cotidianidad, se enuncien; y en donde a partir de un diálogo situado, horizontal y orientado, puedan acompañar los mencionados procesos de autoevaluación y logren por ende perfilar acciones de mejoramiento a favor de sus pares.

En este caso, lo que se busca es resolver uno de los problemas que atañen a la Educación Media en Colombia, y en el caso más concreto de la IEN, y es el que tiene que ver con la omisión de la información relacionada al reconocimiento de las trayectorias sociales, educativas y laborales, y que se enmarca de manera especial en los Estudios de Seguimiento a Egresados (ESE). Estos se convierten en un acervo necesario “para valorar la pertinencia de los planes y programas que brinda una institución y su propósito es la retroalimentación curricular y la evaluación institucional” (Briseño et al., 2014, p. 145). Así, se plantea una propuesta en la que el seguimiento a egresados aporte frente al conocimiento de la pertinencia de la formación recibida, se indaga sobre el impacto que esta ha tenido en las distintas trayectorias de quienes egresan, para reconocer tanto los aciertos como las necesidades dentro del proceso educativo y llevar así al diseño y aplicación de propuestas y planes que permitan mejorar, teniendo como insumo principal sus experiencias.

Entre otras cosas, lo anterior ilustra el necesario ejercicio de autoevaluación institucional, donde el seguimiento a egresados sirva como columna vertebral para edificar un proceso educativo más coherente y que incida de forma más asertiva en las trayectorias sociales, educativas y laborales de quienes un día fueron sus estudiantes.

El estado de las investigaciones sobre seguimiento a egresados en la educación media; alcances y necesidades en su abordaje

Antes de presentar las miradas, discusiones y concertaciones que en términos académicos se ha producido alrededor del Seguimiento a egresados (SE) en la educación media, desde distintas longitudes territoriales y académicas, es necesario realizar tres precisiones frente a la búsqueda y lo encontrado. Para empezar que en cuanto a los ESE se refiere, la mayoría de las reflexiones suelen orbitar es en torno a de la educación superior; junto a ello señalar que en lo que responde a las investigaciones encontradas, se expondrán a partir de la educación media, así como también la educación media técnica y de la media normal, como articulaciones históricas dentro de esta.

Por otra parte, si hay un país en donde el tema parece estar más presente en las agendas investigativas referentes a lo educativo es en México. Por último, en el contexto nacional es un campo en ciernes, y más en lo que responde a los contextos rurales; lo que de entrada ubica en la necesaria tarea de seguir con el aporte en la construcción de este campo ya en desarrollo. Por otro lado, las investigaciones encontradas se circunscriben tanto en la media formal como en la media técnica; al ser esta última la de mayor indagación por la vinculación directa que tiene con el mundo del trabajo.

Frente la producción encontrada se pueden enmarcar algunos ejes conceptuales, de problematización e intervención, así como enfoques y metodologías de investigación formuladas o consideradas dentro del ponderado investigativo revisado. Lo que se relaciona a continuación a través de una gráfica son las preguntas que orientan la revisión de la bibliografía, exponiéndose de manera breve lo encontrado frente a cada una y los autores que hacen parte de dicha búsqueda:

Gráfico N° 2: Preguntas que orientan la producción académica revisada. Fuente: Elaboración propia.

Por otro lado, dentro de los hallazgos más significativos obtenidos de las investigaciones escudriñadas para este apartado, se tiene:

Como se evidencia, las reflexiones hechas suelen orbitar en torno a la educación en los contextos urbanos; esto ubica a nuestra propuesta de investigación en un reto gigantesco respecto al aporte en el abordaje de los ESE, en lo que tiene que ver con la educación rural, la manera en la que se desarrollan desde ahí las trayectorias sociales, educativas y laborales de quienes le egresan así como las dificultades expuestas frente a estas; la incidencia de la educación frente a los contextos específicos donde se insertan las instituciones que será entre otras cosas el lugar donde tejerán trayectorias muchos de los egresados; así como la relación educación-trabajo desde la mirada rural etc.

Metodología

Lo que se hila a continuación responde al camino metodológico a partir del cual se tejió la presente investigación; se enmarca entonces un enfoque investigativo de tipo mixto con preponderancia del enfoque cualitativo (CUAL – cuan); este a su vez ha de ser explorado desde el diseño explicativo secuencial (DEXPLIS), que es quien mejor se adapta a la prioridad dada a cada enfoque. Por otro lado, el tipo de muestreo utilizado ha de ser no probabilístico desde el que se utiliza la técnica de muestreo deliberado, crítico o por juicio para la conformación de lo que en metodología se conoce como grupo focal o focus group. El camino en mención se representa a través de una gráfica a continuación:

Gráfico N.º 3. Camino metodológico de la investigación Fuente: Elaboración propia. Nota: En cuanto a los enfoques, se escribe con mayúscula aquel que se prioriza dentro de la investigación (CUAL).

El enfoque de investigación mixto ha logrado popularidad en las últimas décadas, esto puede evidenciarse en su continua teorización y aplicación hacia variadas investigaciones científicas que no solo responden a las ciencias sociales y la educación; sino que permean otras áreas del saber, y que permite desde su comprensión holística, generar miradas integradoras de elementos claves al momento de entender fenómenos o procesos; así como la revisión de diferentes perspectivas de los objetos de estudio para una visión más enriquecedora. Desde esta mirada, el enfoque mixto se ha de concebir como:

Los métodos mixtos representan un conjunto de procesos sistemáticos, empíricos y críticos de investigación e implican la recolección y el análisis de datos cuantitativos y cualitativos, así como su integración y discusión conjunta, para realizar inferencias producto de toda la información recabada (meta inferencias) y lograr un mayor entendimiento del fenómeno bajo estudio (Hernández et al., 2014, p. 534).

En este sentido, los han de señalar que en este tipo de enfoques puede darse que, o bien se mezclen ambos dándoles el mismo peso, o por el contrario a decisión de los investigadores se quiera dar prioridad a uno de ellos, esta decisión estaría determinada por las características mismas de cada investigación así como el interés del que parte el investigador; para el caso del presente se ha de priorizar el enfoque cualitativo (CUAL) por encima del cuantitativo (cuan), dado que de la primera aproximación que se realice y que responde a lo cuantitativo, se espera obtener un primer acercamiento a la población de estudio para obtener así datos que hablen de sus trayectorias sociales, educativas y laborales; información que resulta indispensable para la formulación de la segunda fase, que es donde el enfoque cualitativo tomará lugar; esto desde el reconocimiento del grado de satisfacción respecto a la educación recibida y la manera en la que ellos desde su construcción académica, humana, crítica pueden aportar para la revisión, evaluación y reformulación del PEI de la IEN.

Por otro lado, en cuanto al diseño a partir del cual será explorado el enfoque mixto se ha acogido el explicativo secuencial (DEXPLIS), el quehacer del enfoque mixto se muestra en la media en que los resultados de la primera fase informan e inciden para con la construcción de la segunda; al finalizar lo que se obtendría seria la interpretación y análisis de ambos y su interrelación (Hernández et al., 2014).

De este modo, las técnicas de recolección de información a utilizar se enmarcan dentro de las de muestreo no probabilístico o dirigido, que denota desde los autores a ese subgrupo de la población en la que la elección de los elementos no depende tanto de la probabilidad, sino más bien de las características mismas de la investigación o de los intereses y toma de decisiones de los investigadores; “en las muestras de este tipo, la elección de los casos no depende de que todos tengan la misma posibilidad de ser elegidos, sino de la decisión de un investigador o grupo de personas que recolectan los datos” (Hernández et al., 2014. p. 190).

En lo que responde a los distintos enfoques (cuan – CUAL), la ventaja de una muestra de este tipo radica desde la visión cuantitativa en que es útil para aquellas investigaciones en las que no se requiere una representatividad, sino una cuidadosa elección de casos con las características que han sido especificadas desde el planteamiento del problema; así mismo que para el enfoque cualitativo, permite obtener casos concretos, personas, contextos, situaciones, etc. que interesan y que significan un gran acierto dentro de la recolección y el posterior análisis de datos (Hernández et al., 2014).

Como técnica de muestreo no probabilístico se habla del muestreo deliberado, crítico o por juicio; en donde dicha muestra se elige sobre los conocimientos y juicios realizados por el investigador a partir de los mismos objetivos de la investigación. Esto implica seleccionar de forma cuidadosa la muestra a partir de criterios concretos, se indaga así por la manera en la que los sujetos incidirán para con los objetivos de la investigación; y llegar así a la conformación de lo que sería el grupo focal o focus group. Estos, como lo señala Hamui-Sutton y Varela (2013) se han de convertir en un espacio para el reconocimiento del sentir, pensar y vivir de los individuos inmersos en la investigación; esta técnica es fundamental y útil para explorar conocimientos y experiencias en un ambiente de interacción que permite entender lo que piensan, como lo piensan y por qué piensan de dicha manera; el propósito principal de estos grupos es entonces hacer que surjan actitudes, sentimientos, creencias, experiencias y reacciones en los participantes; consideraciones que no serían para nada fácil de lograr con otro tipo de métodos (Escobar, J. & Bonilla, I. (s.f)).

Resultados

En lo que refiere al ejercicio investigativo, el universo con el que se trabajó ha de ser los egresados de la IEN. De entrada, es importante mencionar que solo hasta 2006 es cuando por primera vez esta institución gradúa estudiantes del último año de la educación media; lo que indica que a la fecha del reporte hecho (año 2021) son dieciséis las promociones que han dejado un total de 258 graduados. Los grupos para las distintas muestras que se toman, corresponden a los estudiantes de las promociones 2006 hasta 2018, dicha elección se hizo al tener en cuenta que para los egresados de los últimos años le ha sido más complicado transitar en los caminos posgraduales, debido a dos factores fundamentales: el primero es que ha sido muy reciente su graduación, y el segundo y más determinante, tiene que ver con el contexto nacional y mundial de los últimos años caracterizado por la pandemia del COVID-19.

Se plantea un primer acercamiento cuantitativo con una encuesta realizada a través de Google formularios. Este software de administración de encuestas permitirá tener ese primer necesario acercamiento con los egresados y conocer así, como fue dispuesto en el primer objetivo acerca de sus distintas trayectorias. El formulario fue elaborado al seguir las orientaciones del “Manual de instrumentos y recomendaciones sobre el seguimiento de egresados” elaborado por la RedGradua2 y la Asociación Columbus.

Se podría así establecer desde Red GRADUA2 y Asociación Columbus. (2006) como temas en una encuesta a egresados de la educación media los siguientes:

Primeros resultados: hacia una aproximación de las trayectorias sociales, educativas y laborales de los egresados de la IEN

Para la primera etapa se ha elaborado un Google forms que consta de 40 preguntas tanto con opciones desplegables como abiertas, que se distribuyeron en 5 secciones: datos personales, trayectorias sociales, trayectorias educativas, trayectorias laborales y satisfacción frente a la educación recibida. De los 217 encuestados de las graduaciones 2006 hasta 2018 solo 137 respondieron, se tiene así el 67.48% de participación de la población en los años considerados para el estudio, se obtienen entonces como principales resultados de este primer acercamiento:

Nos encontramos con una población integrada por mujeres que responde al 61.3%, mientras los hombres ha de representar el 38.7% restante, quienes se encuentran en un rango de edad ubicado entre los 20 a los 30 años; estos en su mayoría son solteros y no tienen hijos. El 32.8% de los encuestados conviven con sus parejas, así como el 27% continúa haciéndolo con sus padres o acudientes, seguido de un 29,2% que vive solo y el restante 10.9% que lo hace con otra persona; este indicador es importante si se quiere comprender la manera en la que la familia influye respecto a las trayectorias posgraduales y el apoyo que de estos se pueda recibir para posibilitar la movilización deseada. Frente al estrato socioeconómico se hace necesario mencionar que, en su mayoría representada en un 45.3% se ubica en el estrato 1, que ha de ser el más bajo del país y que significa bajo-bajo, en comparación al 2 que es bajo, el 3 medio-bajo, el cuatro medio, el cinco medio-alto, y el 6 alto; indicador que dice mucho respecto a la imposibilidad de seguir con las trayectorias de tipo educativo por parte de los egresados.

Respecto a los encuestados se puede decir también, que cerca del 85% tiene como lugar de nacimiento el departamento del Huila, en especial el municipio en el que está inserta la institución al ser este Timaná, y que de dicho porcentaje muy pocos pertenecen a otros municipios cercanos u otros departamentos; en contraste con lo anterior, respecto al lugar en el que se reside en la actualidad se encuentra que el 61% de los estudiantes continúan en el departamento del Huila, con la particularidad que están distribuidos en más municipios; a esto se le suma el número importante de egresados que residen en la ciudad de Bogotá 30%, y el restante 9% que se distribuye en otros departamentos. Dentro de los motivos que se señalan frente al cambio de residencia se encuentra que lo han hecho debido a que es en estas ciudades en donde se encuentra su lugar de trabajo o de estudio. Lo que muestra esta información, es que, si bien hay una tendencia a migrar hacia municipios como Pitalito y Neiva, que en lo que respecta al departamento del Huila es donde se concentra la mayor oferta universitaria; los egresados prefieren hacerlo hacia la ciudad de Bogotá.

Frente a las trayectorias sociales, y lo que tiene que ver con a la formación de sus progenitores, para ambos casos el nivel educativo obtenido no supera en su mayoría la secundaria; los mayores porcentajes se concentran entonces en la primaria incompleta: 35.8% para los padres y 27.7% para las madres; y muy pocos quienes han logrado escalar a la educación superior. De igual forma lo que se muestra es que son las mujeres las que alcanzan más altos niveles educativos en comparación con los padres. Habría que preguntarse entonces, si esta consideración tiene algún impacto en las trayectorias de los hijos, o si es una constante que se sostiene, es decir, que sean las mujeres las que más tienden a salir del municipio y buscar por ende más oportunidades posgraduales distintas a las que les puede ofrecer el lugar en el que se encuentran inmersos y que responde a las actividades agrícolas.

Al momento en que se indaga por la continuidad en los estudios superiores referente a lo educativo, se encuentra que los egresados de la IEN, al menos de la muestra que se tiene por quienes respondieron, sí continuaron con estudios independiente de la denominación de la que se hable; y que hay otro porcentaje no tan grande, que ha decidido o las condiciones de su contexto no le permitieron hacerlo. Tenemos entonces dos grupos, el primero integrado por aquellos que pudieron continuar con sus estudios y el segundo de aquellos que no, respecto al segundo se evidencia que los motivos por los cuales no lo hicieron fueron:

Gráfico N.º 4. Resultados de la encuesta Fuente: Elaboración propia

De igual forma, mientras se averigua por el tiempo que tuvieron que esperar para poder estudiar y los motivos que provocaron dicha espera, coinciden en ser factores asociados a lo económico, la falta de claridad respecto a los proyectos de vida, falta de interés por el estudio y problemas personales. Las carreras escogidas por los egresados suelen orbitar en el área de la salud, las ingenierías, licenciaturas, ciencias naturales y ambientales; cursadas tanto en las principales ciudades del departamento como del país. Al momento en que se pregunta por la fuente de financiamiento de los estudios obtenemos que en su mayoría se costeó gracias al dinero propio y al dinero familiar. Tenemos así a un grupo de egresados que ha atravesado trayectorias posgraduales en las que ha sido fundamental el trabajo para poder costear entre otras cosas sus estudios; el 69.9% da muestra de ello en la encuesta.

Así, si se indaga por la satisfacción frente a la formación recibida en la Educación Media, se adquieren datos que hablan de aspectos tales como las instalaciones, el personal docente, la calidad de los contenidos vistos y su pertinencia para con las trayectorias posgraduales y la vida misma, de igual manera, si la formación recibida aportó de manera significativa en ellos. Es necesario mencionar que estos valores no hablan de la muestra total de egresados, y que sus valores tenderían a cambiar al tener en cuenta que gran porcentaje de los que no participaron de la encuesta a partir de su reconocimiento, son aquellos egresados que se dedican a labores agrícolas y continuaron con sus trayectorias sociales, familiares y laborales en Naranjal. Para finalizar, al indagar si la formación recibida les aportó en la consecución de sus distintos proyectos y caminos en las trayectorias, ellos dicen a partir del 92.7% que sí y el restante 7.3% comenta que no.

Si se analiza la situación laboral se encuentra que el mayor porcentaje de egresados 48.9% dice haber tenido entre 1 y 2 trabajos, así como un 10.2% que dice no haber tenido ninguno hasta el momento, este último porcentaje vendría a considerarse junto al hecho que cerca del 22.6% dice no estar con trabajo en la actualidad, contrario al 77.45% donde se menciona si hacerlo. Conforme a lo anterior el 40.4% dice que los trabajos no han tenido afinidad con el título obtenido; este elemento ha de considerarse ya que como fue mencionado, un factor destacado en el diseño y consecución de los proyectos de vida tiene que ver con la falta de claridad y el hecho de no saber que estudiar al momento de egresar y verse en muchos casos obligados a escoger cualquier carrera. Por su parte, el mayor porcentaje de egresados encuestados hacen parte del sector privado, así como un 21.6% que trabaja de manera independiente, quienes ganas en su mayoría entre 1 y 2 salarios mínimos.

Se tiene así, que tan solo el 8% dice haber participado en algún estamento institucional, en comparación al 92% que dice no haberlo hecho; mientras que el 73.7% dice no haberse preocupado por conocer las políticas y demás información importante que rigen la institución a diferencia de un escaso 26.3% que dice si haberlo hecho. Se encuentran entonces dos escenarios, el primero se refiere a que esas experiencias no tan buenas en el colegio conducen a la apatía por parte de los estudiantes, apatía que representa un gran porcentaje para el caso de la IEN, el segundo sería entonces ese escaso grupo que se ha interesado por participar y conocer acerca de su institución y propender mejoras para la misma.

Un último elemento que se contempla y que resulta fundamental frente a la segunda etapa del ejercicio investigativo, tiene que ver con las opiniones de los egresados y recomendaciones para la IEN; en este sentido y recogiendo las descritas por los egresados participantes se pueden exponer las que tienen que ver con garantizar una mayor participación de los egresados en los distintos procesos, la orientación y acompañamiento vocacional de los estudiantes, que las asignaturas sean orientadas por personal capacitado, así como garantizar una mayor exigencia y calidad en los procesos; la implementación desde el nivel de educación técnica o como proyecto de trabajo social o institucional como los es el PRAES, apuestas que impacten a las realidades y necesidades del contexto de manera coherente, al ser estas las ligadas a lo agrícola y ganadero; independiente de que el egresado decida irse por ese camino a nivel de formación académica o laboral; pues la institución debe cumplir con su papel e impactar más en la comunidad, la necesidad de potencializar el aprendizaje del inglés, la educación financiera y la salud mental.

A su vez también se habla de la articulación y convenios con instituciones o entidades municipales y departamentales; importante aquí también el aporte que estas pueden hacer a favor de la certificación de cursos en áreas técnicas a fin a la agricultura y la ganadería, el turismo, la innovación, el emprendimiento etc. que son formas de estimular a aquellos jóvenes que llegan a su etapa final y aún no saben qué hacer y potencializarlos con habilidades que sirvan no solo para su economía y sus trayectorias, sino también para el fortalecimiento de la región, así como una mayor articulación y comunicación con padres de familia, para la consecución de objetivos comunes, etc. Aspectos que fueron mencionados de manera reiterada durante el grupo focal, y que por dicho motivo no volverán a ser descritos.

Tejer para construir: escuchar a los egresados para reformar el PEI

Una vez analizados los elementos dispuestos por los egresados se puede iniciar con comentar frente al grupo focal conformado por 12 egresados, que integra la segunda parte del proceso investigativo, que en la consecución de las trayectorias educativas y laborales se vieron atravesados dos tipos de dificultades: Las escolares y las familiares; la primera es tocada por los vacíos académicos y falta de preparación en aspectos considerados a la luz del mercado y la academia como necesarios, y la segunda dada la situación económica que estas atraviesan. Existen a su vez elementos articuladores, que han de ser el del proyecto vocacional y el contextual. De cada uno se hablará a continuación, así como de las propuestas de los egresados.

Al preguntar acerca de la experiencia vivida en trayectorias como la educativa y laboral, los estudiantes coinciden en hablar sobre la ausencia de una orientación vocacional, de hecho, es con este punto con el que se inicia cada intervención:

“Y uno realmente no conoce nada, no sabe ni siquiera cuales son las profesiones que puede haber, no sabe en donde las puede estudiar, no sabe lo que implica estudiar eso; si uno no se mete a investigar o buscar a alguien que le ayude, uno ni siquiera sabría cuál es el plan de estudios o pensum; y hay muchas oportunidades que se pierden precisamente por desconocimiento” (Lany, egresada 2013).

Y es que pareciera que, en las instituciones educativas hoy, aún no se ha logrado entender la importancia de acompañar al estudiante en ese proceso tan complejo que es el de la toma de decisiones, ya lo decía Morín, E. (2015), que la escuela en especial para la adolescencia no aporta para la aventura de la vida, no aporta defensas para afrontar las incertidumbre de la existencia, las defensas contra el error, la ilusión; no aporta a la preocupación, a la interrogación, a la reflexión sobre la vida (p.41); la escuela falla entonces en lo que sería su misión esencial. Y en la medida en que falla, las experiencias posgraduales han sido definidas en palabras de los mismos egresados como “Traumáticas”:

“Mi experiencia y yo creo que ha sido la experiencia de muchos termina siendo hasta traumática, el hecho de tomar una decisión, y que es una decisión tan trascendental, que para muchos define la vida misma no se debería tomar tan a la ligera, y no debería ausentarla de esa importancia que se le debería dar” (Marlon, egresado 2011).

Dentro de las instituciones involucradas en la formación de los estudiantes, la familia es sin lugar a dudas la que cumple un papel fundamental en la construcción del proyecto vocacional y posgradual de los egresados. En este orden de ideas, en el contexto colombiano es cada vez más difícil por parte de los egresados enfrentarse a este proceso de culminación, no solo por lo que implica en términos de trayectorias posgraduales; sino también porque al estudiante le corresponde en muchos casos lidiar con las decisiones y miradas, a veces verticales y radicalizadas que padres de familia o acudientes tienen respecto a cuál debe ser el horizonte a tomar el egresado en términos educativos y laborales. No solo se enmarca el hecho de que los estudiantes no sepan a qué enfrentarse, ni cómo hacerlo; sino también porque deben luchar con la idealización de futuro que quieren sus acudientes y que lleva a que estos sean quienes definan o decidan las carreras y lugares en donde se van a formar; o en su defecto, quienes no permitan seguir con el estudio, pues consideran deben continuar con la labor familiar, llámese al contexto que correspondiente: agrícola o ganadera:

“Por lo general los papás siempre quieren que uno sea ingeniero o médico, entonces como que uno muchas veces busca es enfocarse en ser médico o ser ingeniero, que, porque es eso lo que da plata, que no sé qué, pero muchos papás como que no tienen en cuenta lo que verdad quieren los hijos” (Julián, egresado 2011)

En este orden de ideas, se puede cuestionar, ¿cuál es el rol que debe cumplir la familia y escuela dentro de dicho proceso? Para dar sentido a este interrogante, se hace necesario acudir a los planteamientos hechos por Rodrigo y Palacios (2012), quienes señalan que, así como los padres no solo juegan el papel de promotores del desarrollo de sus hijos, sino también del de ellos mismos, sugieren así como primera función de la familia, como aquel escenario en donde se construyen las personas adultas con determinado autoestima y sentido de sí mismo, esto quiere decir que es el lugar en donde se forjan la seguridad y confianza en sí mismos y en los otros, según lo que hayan en ellos podido aportar la misma (p. 35). Pero con lo que se encuentra es que, en contextos como estos, las familias no cumplen estos roles, porque frente a las trayectorias es aquí donde se encuentran los principales inconvenientes:

“Seamos realistas, vamos a la realidad de lo que es Naranjal, y Naranjal es de campesinos; entonces si así nos hemos sentido quienes hemos tenido el acompañamiento profesional en la familia, imaginemos quienes no han tenido el apoyo ni acompañamiento de la familia” (Edna, egresada 2007).

Ahora bien, el rol que ha de cumplir la escuela trasciende el que por concepto se le ha de otorgar, pues si se revisa la realidad de las escuelas, una vez en la familia se presente algún tipo de problemática , es la escuela la que debe soportar y acompañar a los estudiantes, su papel entonces trasciende el educativo y le “corresponde una mayor comprensión de su quehacer, ya que va más allá de impartir cierta clase de instrucción necesaria, supone apropiarse de la misión de formar para la vida en más de una dimensión” (Forero et al., 2010. p. 17) llámese política, económica, social, cultural, etc. de igual forma, Los autores al citar a Gairín (1996), sugieren que esta debe mirar más lejos, y que el diálogo que pueda sostener con la familia es de gran utilidad; la escuela deberá por tanto utilizar de la mejor manera los canales creados con la familia o acudientes, en la medida en que puedan entre otras cosas aportar en ese difícil ejercicio vocacional y de trayectorias de los estudiantes. La relación entonces que se establezca entre familia y escuela resulta ser fundamental.

Se ha mencionado como la escuela y la familia han de ser las dos instituciones encargadas de orientar y apoyar a los estudiantes en ese difícil camino vocacional; lo que vemos es entonces como estas, a pesar de que son las encargadas, es en ellas mismas desde donde se presentan el mayor número de trabas e inconvenientes. Para la primera se habla entonces de falta de acompañamiento en el proyecto vocacional, tema del que ya se habló, y por otro, de los vacíos académicos y de conocimientos para enfrentar el mundo educativo y laboral. Así las cosas, los egresados manifiestan que:

“Yo dije, uyyy cuándo vimos todo esto, que supuestamente se ve desde sexto; y gracias al preuniversitario logré ingresar a la universidad, pero aun así con falencias en matemáticas y en lecto escritura” (Ángel, egresado 2012).

Se hace por tanto necesario que al interior de las instituciones educativas se traspasen esas barreras o limitaciones, de llevar solo conocimiento y revisen a favor del futuro de los y las estudiantes, aquellas herramientas y conocimiento que les serán de utilidad.

Por otro lado, frente al aspecto familiar se puede evidenciar también la situación económica de las familias como un aspecto que incide de forma negativa en la consecución de los proyectos de vida, ya varios estudios han mostrado que es en efecto la situación económica uno de los principales inconvenientes para que los egresados puedan escalar en sus trayectorias, ejemplo de ello aparece consignado en los resultados de una encuesta realizada por la Alcaldía de Bello (2009) en Antioquia – Colombia, y que se constata con la voz de los mismos egresados:

“Por ejemplo, si a mí en el momento no me hubiesen dicho que estaba la oportunidad del Genaro Díaz, probablemente incluso no habría podido estudiar en ese tiempo, porque digamos que la parte económica influye mucho y uno no tiene las capacidades económicas como para decir: me voy a estudiar y ya, a pagar inscripción, a pagar matrícula, a pagar hospedaje, a pagar de todo; entonces si hace falta que haya un mayor acompañamiento” (Lany, egresada 2013).

Aunado a lo anterior existe otro factor que responde de manera más estrecha a la realidad de quienes orbitan la IEN; y es que las condiciones físicas, políticas, económicas, sociales y culturales del entorno en que se vive, resultan fundamentales al momento de entender las miradas y perspectivas de sus habitantes en torno a temas diversos como los proyectos de vida propios y de familiares; a propósito, los egresados sostienen:

“Mi papá era quien decía que me fuera a trabajar, y mi mamá que a estudiar; y muchos estudiantes se encuentran con que son sus familias quienes promueven el hecho de quedarse en el campo, o donde se presentan ese tipo de conflictos entre una parte y la otra, y no está mal, es sencillamente como se han educado, hace parte del contexto en el que se vive y su cultura” (Marlon, egresado 2011).

Tenemos entonces dos miradas desde donde es más común no se dé continuación de esas trayectorias académicas en entornos rurales, la primera de egresados que en su núcleo familiar se encontraron con padres o acudientes quienes querían que estos trabajaran en vez de seguir con su estudio, y por otra, a aquellos estudiantes que, por falta de oportunidades, dificultades económicas, deficiencias académicas, etc. deciden no continuar y dedicarse a las labores de campo.

En este orden de ideas, frente a la consecución de trayectorias en un entorno educativo rural y al seguir investigaciones de distintos autores, se puede decir que han de ubicarse dos contextos: Uno social y el otro institucional (Medina & Estupiñán, 2021). Frente al primero habría de enmarcar las condiciones descritas y que remiten a las características económicas de quienes habitan estos entornos, así como como las condiciones sociales, políticas, etc. que dificultan de una u otra manera la vida en las zonas rurales, al impedir que quienes egresen se conviertan en actores de desarrollo de su entorno y puedan transitar así en sus proyectos de vida; y por otro lado, se habla de situaciones como la baja cobertura, la falta de calidad y de pertinencia de una política educativa y currículo que responda a las necesidades del contexto, condiciones que limitan también como ha sido mencionado, el acceso a la educación superior y la formulación de trayectorias educativas.

No se trata tampoco de idealizar las trayectorias educativas como la mejor opción que pueden tomar los egresados al momento de graduarse, pues hay que entender que el quedarse y hacer parte de las labores del campo es también una opción, de hecho, bastante válida y necesaria.

“Yo soy de los que piensan de que ningún trabajo es deshonra y que me parece perfecto por quienes, si quieren quedarse trabajando en el campo, es más, es un trabajo que necesitamos tenga manos” (Marlon, egresado 2011).

Y esto es fundamental, que la continuidad en los estudios superiores rurales se puedan gestar en esta doble vía: la primera de aquellos que migran a otro lugar, en especial a espacios urbanos donde continúan sus estudios o se emplean como mano de obra en cualquier trabajo mientras puedan continuarlos; y la otra, de quienes deciden quedarse para seguir sea por decisión propia o de sus padres, de las labores del campo; pero a esto hay que añadirle un elemento fundamental y que fue manifestado en las intervenciones hechas por los egresados, y es que no se trata solo de que decidan quedarse porque estas manos en el campo y la agricultura o ganadería son fundamentales, sino que se le proporcione herramientas que les permita entender el trabajo del campo desde otros horizontes y hacer uso de herramientas y conocimientos con los que puedan transformarlo y llevarlo a niveles mucho más óptimos.

Consideraciones finales

Pensar una reforma para la mejora de la educación a partir de la mirada de los egresados en el contexto rural, implica deliberar alrededor de las distintas características a partir de las cuales se comprende y teoriza este entorno sociodemográfico, para empezar, Colombia es un país con vocación rural y la población que en ella vive es la que ha carecido de mayores oportunidades a lo largo, y visto atravesada a lo largo de la historia por un cúmulo de dificultades. En este sentido, propender por unos criterios para la reforma del PEI, hace necesario la mirada crítica y propositiva que otorga la experiencia, a quienes le han caminado y saben de primera mano lo que se necesita a favor de mejores caminos en sus trayectorias posgraduales, llámense sociales, educativas o laborales.

Cuando se habla del grado de satisfacción y la contribución de los egresados a partir de sus trayectorias posgraduales en los procesos de evaluación se entiende que existen porcentajes que abogan por mejoras en instalaciones, el personal docente, la calidad de los contenidos vistos y su pertinencia para con las trayectorias posgraduales y la vida misma, así como el hecho de no haber aportado significativamente en ellos; aunque estos porcentajes como fue comentado no hablan del 100% de la población y a que los mayores porcentajes se ubicaron dentro de la satisfacción, se hace necesario examinarlos, pues dan luces de los caminos a seguir a favor de las mejoras en las trayectorias de los egresados, y ahí es donde yace el papel a cumplir los egresados dentro de este ejercicio de retroalimentación.

En lo que respecta a los distintos acercamientos logrados con la población tanto desde el enfoque cuantitativo como cualitativo en el proceso de investigación, los resultados evocan apreciaciones alrededor de las trayectorias posgraduales, se podría definir entonces las de los egresados de la IEN como trayectorias posgraduales complejas, y lo han sido así, dado a que se han visto envueltas y trocadas por dos de los tres entornos fundamentales de socialización: la familia y la escuela; cada una de estas permeadas por características propias del entorno en donde se habita, al ser este rural. Tenemos así que, en las dos instituciones en donde recae el trabajo de estimular el proyecto de vida de los estudiantes, es donde se genera las dificultades, y es así entre otras cosas, por la falta de comunicación entre estas dos.

Frente a la familia habría que señalar el estrato socioeconómico en el que se encuentra, ya que resulta ser un factor fundamental en la consecución de los proyectos de vida, máxime si se trata de migrar a otra ciudad para estudiar; a esto se le suma los bajos niveles académicos obtenidos por los padres o acudientes, que es un indicador clave a la hora de contrastar el imaginario de que quedarse y continuar con las labores del campo es la mejor opción para los jóvenes; y frente a los que se quedan, puede decirse que son los hombres, pues las mujeres han de ser quienes obtienen mayores logros educativos.

Ahora bien, es en la escuela en donde recae para los egresados la principal responsabilidad, pues esta no ha cumplido con su quehacer fundamental, y es el de propender en el estudiante un camino de esperanzas y posibilidades; ante esto se evidencia no hay claridad y acompañamiento en los proyectos de vida; lo que implica que el egresado tenga que atravesar experiencias traumáticas en el proceso que va desde la finalización de su ciclo educativo y la continuación de sus trayectorias, sea en lo académico o laboral; entre otras cosas, porque no se le ha acompañado en esta formulación fundamental. Así mismo porque no ha entendido las demandas del mercado y de la educación universitaria, y se ha quedado corta en aportar con los insumos que puedan sanar aquellos vacíos académicos y de conocimientos que quedan.

En lo que responde a la escuela y la manera en la que esta debe atender cada vez con mayor certeza las necesidades de la población, del mercado y de la educación, emergen por los egresados diferentes demandas; que esta sea más acorde con las necesidades del contexto y de la población y que de esta manera pueda proveer insumos que no solo favorezcan a los egresados sino también a la población, se da la necesidad que se piense el campo, la agricultura y la ganadería e impactar así tanto en los egresados que desean quedarse como a las familias que viven de esto. La alianza con instituciones y entidades de orden municipal y departamental se hace también fundamental, no se trata de caminar solos, es aunar esfuerzos en la constitución de mejores caminos para quienes egresan.

La mirada de los egresados resulta entonces fundamental, se requiere que esto se entienda por las instituciones educativas y ese espacio que desde la norma se le ha dispuesto sea tenido en cuenta; son ellos quienes desde las experiencias posibles pueden pensar, definir y ayudar a construir esos lineamientos, esas políticas, esos proyectos; fundamentales que le aporten tanto a los que vienen y están próximos a graduarse, como a la misma población. Las voces de los egresados y sus propuestas dan muestra de ello, lo que sigue es aunar esfuerzos y la co-construcción.

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