Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales

Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco

ISSN 2347-081X

http://www.revistas.unp.edu.ar/index.php/textosycontextos

2023. Núm. 11. 31-52

Nuevas ciudadanías y prácticas de comunicación educativa

El nuevo ecosistema sonoro de Radio Sutatenza

New citizenships and educational communication practices: The new sound ecosystem of Radio Sutatenza

Juan Carlos Pérez Bernal

jotacarlos5@yahoo.com

Universidad Sergio Arboleda

Fecha de recepción: 7 de febrero de 2023

Fecha de aprobación: 31 de mayo de 2023

Fecha de publicación: 31 de julio de 2023

Para citar este artículo: Pérez Bernal, Juan Carlos (2023). Nuevas ciudadanías y prácticas de comunicación educativa: El nuevo ecosistema sonoro de Radio Sutatenza. Textos y Contextos desde el sur, N.º 11, 31-52.

Resumen

El análisis y las reflexiones que hacemos aquí se derivan de una investigación más amplia, que dio lugar a la tesis doctoral titulada Radio Sutatenza y Acción Cultural Popular en la era digital (Pérez, 2019) y giran alrededor del creciente protagonismo de la comunicación sonora, aupado por las nuevas realidades inmersas en la pandemia del Covid 19. En ese contexto se consolidan nuevas modalidades de consumo de productos sonoros, como se puede palpar en el auge del podcasting y en lo que ya se conoce como “audio social”, que abren más posibilidades para profundizar la experiencia de los actores sociales, en su calidad de comunidades participantes. En esa dirección, se plantea aquí la potencia del podcasting como instrumento/soporte de producción y reproducción sonora, con el cual, consideramos, se le puede sacar el mayor provecho posible a la tradición oral de las y los educandos vinculados a la experiencia de Radio Sutatenza y sus Escuelas Digitales Campesinas (E.D.C.).

En efecto, el objeto de estudio se inscribe en la experiencia de las E.D.C. de la organización Acción Cultural Popular (ACPO), más conocida por su marca Radio Sutatenza. Mediante una metodología cualitativa inmersa en la Investigación Acción Participativa (IAP) concluimos que las campesinas, campesinos e integrantes de comunidades indígenas y afrodescendientes ―la mayoría de ellas y ellos víctimas directas o indirectas del conflicto armado que se ha extendido por más de seis décadas en Colombia― luchan por hacerse escuchar por diversos canales y medios, la mayoría asociados al rico y variado universo sonoro. El reto es claro: copar cada vez más espacios de participación-deliberación en la búsqueda de legitimidad, incidencia, y reconocimiento social, lo que también se conoce como “capital simbólico”.

Abstract

The analysis and reflections that we make here revolve around the growing role of sound communication, boosted by the new realities immersed in the Covid 19 pandemic. In this context, new forms of consumption of sound products have come to the fore, as can be seen in the rise of podcasting and in what is already known as “social audio”, which have opened up new possibilities to deepen the experience of social actors, in their capacity as participating communities. In this direction, the power of podcasting is considered here as an instrument/support for sound production and reproduction, with which, we believe, the best posible use can be made of the oral tradition of students linked to the Radio Sutatenza experience, and its Rural Digital Schools.

The object of study is part of the experience of the Escuelas Digitales Campesinas (E.D.C.), of the Acción Cultural Popular (ACPO), better known by its brand Radio Sutatenza. Through a qualitative methodology immersed in the Investigación Acción Participativa (IAP) we conclude that peasants and members of indigenous and Afro-descendant communities -most of them and they are direct or indirect victims of the armed conflict that has extended for more than six decades in Colombia- struggle to be heard through various channels and media, most of them associated with the rich and varied universe of sound. The challenge is clear: to capture more and more spaces for participation-deliberation in the search for legitimacy, incidence, and social recognition, which is also known as “symbolic capital”.

Palabras clave

Comunicación sonora, Radio Sutatenza, Nuevas ciudadanías, Reconocimiento

Key words

Sound communication, Radio Sutatenza, New citizenships, Recognition

Introducción

Como señalamos arriba, este trabajo se deriva de la tesis doctoral titulada Radio Sutatenza y Acción Cultural Popular en la era digital (Pérez, 2019), que giró en torno a la pregunta sobre otras formas de pensar y de narrar las realidades sociales, en los nuevos escenarios y plataformas de la comunicación sonora.

En ese sentido, el foco del análisis está en la comunicación sonora como factor de cambio social, en el contexto de las Escuelas Digitales Campesinas (EDC) y de las antiguas Escuelas Radiofónicas de Acción Cultural Popular (ACPO).

Vale señalar que las EDC surgieron en 2012, con el propósito de darle continuidad a las Escuelas Radiofónicas de Radio Sutatenza, cuya primera etapa de funcionamiento se extendió entre 1947 y 1994. Su radio de acción le da prioridad a las campesinas, campesinos, afrodescendientes e indígenas, colombianas y colombianos que han estado en el corazón de un conflicto armado intrincado y complejo. Estamos hablando, por lo tanto, de una población victimizada, invisibilizada y estigmatizada, mecanismos que, según el Informe Final de la Comisión de la Verdad (2022), están en la base de la construcción del enemigo interno, encaminada hacia “el exterminio físico, social y político”, lo cual ha tenido hondas repercusiones culturales, por cuanto “ha heredado una visión excluyente del otro, de los pueblos étnicos, del campesino pobre, del disidente, del contrario” (pp. 46-47).

Conviene indicar que, en el marco de la evolución tecnológica de lo analógico a lo digital, cuyos aportes más significativos están en los nuevos y diversos escenarios para la difusión y posicionamiento de contenidos y propuestas formulados por actores sociales, ponemos el énfasis en el fenómeno sociocultural que implica pasar de recibir a apropiarse y realizar productos sonoros.

En esa dirección, las discusiones planteadas en este texto se enmarcan en los principios y postulados de la comunicación/educación, el humanismo cívico y la democracia radical. Mientras la primera perspectiva enunciada se identifica con prácticas educativas enfocadas en el interjuego entre interpelaciones y reconocimientos, o en lo que Prieto (2006) denomina procesos de interaprendizaje, tanto el humanismo cívico como la democracia radical postulan que los ciudadanos y ciudadanas son sujetos radicales y centrales de la vida política.

Es importante tener en cuenta que el proceso colectivo de análisis, dentro del cual las comunidades participantes actúan como significadoras críticas de sus propias realidades (Freire, 1994), se apoyó en los siguientes principios de la comunicación/educación, propuestos por Huergo (1999):

  1. Toda práctica de comunicación/educación debe partir de la otra persona [...] de las construcciones discursivas de que es objeto.
  2. Los educandos cuentan, en cuanto relatan su realidad, hablan del mundo, lo dicen.
  3. Por oposición a la gran conversación neoliberal, que entiende el diálogo como un modo de suspender y dilatar o ignorar el conflicto, de lo que se trata en escenarios de comunicación/educación es de construir memoria, y ello pasa por la acumulación narrativa de voces diversas, como el mundo que habitamos. Hablamos con y no para o sobre las otras personas.
  4. La crítica y la autocrítica son ejercicios indispensables pues, al fin y al cabo, las prácticas de comunicación/educación implican repensar la cultura mediática en un contexto más amplio que parte de reconocer la cultura como campo donde se están jugando las hegemonías o donde se puede posibilitar o impedir la justicia y la autonomía.

Como se indicó arriba, el análisis, los resultados y las conclusiones de este trabajo hacen referencia a tareas específicas adelantadas por educandos y educadores de las Escuelas Digitales Campesinas y las antiguas Escuelas Radiofónicas de ACPO, en especial aquellas inmersas en el universo sonoro, entre las cuales se destacan las emisoras online ACPO vive Radio Sutatenza; Asoacpo Sutatenza Medellín y el pódcast “Las cartas del campo", asociado al programa de radio Mundo Rural.

En ese contexto, y mediante un ejercicio de polifonía de voces ―que, como se detallará más adelante, incluyó la realización de foros de intercambios de saberes, entrevistas no estructuradas y relatos de vida― se hará referencia a los significados que adquieren conceptos específicos como reconocimiento social, ciudadanización y comunicación sonora, expresiones concretas de las ciudadanías emergentes o nuevas ciudadanías propuestas por el humanismo cívico y la democracia radical.

Material y métodos

Como se anticipó, el método general aplicado con actores de las Escuelas Digitales Campesinas y las antiguas Escuelas Radiofónicas de Radio Sutatenza es la Investigación Acción Participativa (IAP), dentro de la cual la comunicación juega un papel preponderante, al estar asociada a procesos cuyo fin es la indagación colectiva, con un propósito que no es el de buscar leyes sino aprendizajes y significados en contextos específicos (Bilyk, 2014). En esa dirección, la IAP se identifica con prácticas y ejercicios de comunicación/educación conectados, a su vez, con herramientas e instrumentos del periodismo literario y la ecología de saberes propuesta por de Sousa Santos (2012). Es importante tener en cuenta que la ecología de saberes se inscribe en las “epistemologías del sur”, al postular nuevas formas de conocer y de interpretar el mundo que habitamos, proceso dentro del cual los sujetos sociales actúan como protagonistas, en concordancia con el siguiente proverbio africano: Una es la historia si es contada por el cazador, y otra si es narrada por el leopardo (De Soussa Santos, 2012).

Para complementar la tarea de análisis e interpretación apelamos al Contrato de Lectura, definido por su propio autor, Verón (2004), como un método analítico diseñado para desentrañar las estrategias o modos de comunicación que se usan en función de enganchar o conseguir sintonía con las audiencias. Según este autor, el impacto de los discursos no se puede entender solo desde la naturaleza y/o condiciones de quienes emiten y, por lo tanto, hay que escudriñarlos desde las lógicas de quien o quienes reciben el mensaje, principio dentro del cual formula su propuesta de “Contrato de lectura”.

En cuanto a prácticas asociadas al periodismo literario se refiere, este trabajo se apoya en herramientas como la inmersión, esto es, el tiempo dedicado a la investigación (en este caso, han sido más de seis años de conversaciones); el simbolismo (el entramado cultural que configura e identifica a grupos sociales); las propias voces emitidas por comunidades, en su calidad de coinvestigadoras, y la precisión. Hemos buscado, así, la construcción colectiva de entrevistas y relatos de vida, según la propuesta de Sims (2009). Mediante el uso y aplicación de estos géneros, se busca acceder al conocimiento de lo social a través de lo individual. Valga señalar que su fuerza narrativa se sustenta en las experiencias de actores sociales, contadas desde sus propios territorios y con su propio universo expresivo (Díaz, 1999, p. 2).

En el marco ya planteado, se han formulado las siguientes preguntas básicas: ¿De qué manera las campesinas, campesinos, indígenas y afrodescendientes se involucran, o se pueden involucrar, en las constelaciones de sentido y de significados? ¿Cómo participan de la deliberación pública? ¿Cómo pueden acceder al reconocimiento social, elemento clave para su configuración como sujetos políticos?

En ese sentido, el trabajo de campo giró en torno a estos escenarios comunicativos:

El mencionado ejercicio de diálogo se complementó con la revisión y análisis de documentos escritos y sonoros (Cursos de formación de las EDC, dentro de los cuales son tomados como ejemplos los de Paz y convivencia; Participación comunitaria y Comunidad, comunicación y periodismo). Vale indicar que los hemos escogido en función de la incidencia que tienen dentro de los programas bandera de la Educación Fundamental Integral (EFI), la estrategia socioeducativa de las EDC. Así mismo, fue sometido a análisis el Manual del profesor, la base para la formación de los facilitadores de ACPO en sus Centros Modelos, localizados en los municipios Manta y Silvania (departamento de Cundinamarca). Y hemos sometido al mismo tratamiento el pódcast “Las cartas del campo”, del programa “Mundo Rural”, que integra la estrategia de combinación de medios de la Acción Cultural Popular.

Resultados

Solo si podemos representar como nuestro el mundo que habitamos, podemos transformarlo (De Sousa Santos, 2016). Dentro de esa perspectiva identificamos uno de los grandes réditos sociales del acto de contar, como lo podemos advertir en los siguientes relatos, publicados originalmente en el pódcast “Las cartas del campo”. El primero tiene como protagonista a Rosmira Henao Zarrazola (Pérez, 2019), exestudiante, ex auxiliar y ex funcionaria de las antiguas Escuelas Radiofónicas de Radio Sutatenza. El segundo se deriva de varias entrevistas a Erasmo Angarita Tovar (Pérez, 2019), ex estudiante de Radio Sutatenza y director de la emisora online ACPO Vive Radio Sutatenza y el tercero fue realizado de principio a fin por la propia Soraya Bayuelo Castellar, directora del Colectivo de Comunicaciones Línea 21 de Los Montes de María (departamento de Bolívar).

Relato 1: “Radio Sutatenza me sirvió para levantar la cabeza y para descubrir las potencialidades que tenía como persona”. Rosmira Henao Zarrazola1

Para contextualizar un poco geográficamente y entender la situación social por la que atravesaba en esa época, yo vivía en una vereda bastante retirada, en el municipio de Liborina (Antioquia). Esta vereda quedaba a más de 10 horas de camino del municipio más cercano. En ese entonces no había luz eléctrica, no había acueducto, no había escuelas.

Yo tenía alrededor de 13 años e iba a una escuela muy retirada, que quedaba a dos horas de camino. En ese tiempo el máximo grado que existía en las escuelas rurales era segundo de primaria, pero como quería estar dentro del ámbito académico yo repetía y repetía el mismo segundo grado, hasta que me convertí en la monitoria de la profesora.

Un día mis padres me dijeron que ya no era prudente seguir repitiendo el grado, y que era muy riesgoso seguir caminando todos los días hacia la escuela, pues la situación era bastante peligrosa por aquel entonces. En ese momento, durante los días que me quedaba en casa, me preguntaba: ¿Qué hago? Creo que nací con un chip especial, pues siempre me estuve cuestionando lo mismo: ¿Qué hago?

Realmente en la región era escasísimo ver que una niña saliera a estudiar y tuviera que irse a un municipio lejano para poder ir a la escuela, pues la situación económica era muy limitada, y los papás no iban a correr con ese gasto.

Entonces empecé a escuchar la radio, que era el único medio de distracción que existía en mi casa, pero era muy controlado; tenía horarios establecidos y a mi papá encima. A él no le gustaba que nosotros escucháramos la radio, pues en ese entonces lo más famoso que existía eran las radionovelas, y él decía que eso no era algo para que escucharan los niños (la que más recuerdo es Corín Tellado).

En todo caso, empecé a sintonizar diferentes estaciones radiales y un día llegué a Radio Sutatenza. Le puse mucha atención a la programación y encontré que en esta emisora transmitían clases: curso básico de lectura y escritura, curso progresivo, y un curso un poco más avanzado al nivel de la primaria académica.

Cuando mi papá se enteró, se enojó y me dijo que eso era una perdedera de tiempo. Pero, como bien saben, en el campo uno madruga bastante, tipo 4 de la mañana. Y en el transcurso de levantarse, tomar un tinto y desayunar, como ocurría con mi papá, se acompaña de la radio. Él normalmente escuchaba la emisora Voz de las Américas, de Medellín, pues allí transmitían mucha música campesina. Un día le dio por colocar Radio Sutatenza y se dio cuenta de que transmitían un programa llamado Buenos días, donde daban orientaciones para el campo: cuidado de los animales, de las plantaciones... Adicional a esto, la forma en que orientaban este programa era muy cercano, con nombres propios.

Luego, con mi curiosidad de saber cómo era que se desarrollaban las escuelas radiofónicas, escuché que había un representante/auxiliar inmediato quien tenía cartillas, tizas, lápices, cuadernos, etc. En este punto dije: “Esto está interesante”.

Yo era una niña, pero afortunadamente mi mamá fue quien me apoyó durante este proceso. Entonces con ella nos fuimos a buscar al representante de las escuelas radiofónicas para conocer un poco más acerca del tema. La condición para ser un auxiliar de estas escuelas era tener un conocimiento un poco más avanzado que el del grupo familiar o de la zona, y me dije: “Pues yo soy”.

Reclamé las cartillas, los lápices, los cuadernos, y todo el material que anunciaban en la radio. Cuando mi papá me vio con todo el material, pegó el grito en el cielo: “¡Ahora por qué locuras les dio! ¡Quién se las va a aguantar!”

Pero en menos de lo que canta un gallo, junto a mi mamá, organizamos un tablero y montamos una escuela radiofónica. Mi papá quedó a la expectativa, pero no se enojó.

A las 3 p.m. llegaba un grupo de niños y niñas, pues los jóvenes tenían que trabajar. A las 8 p.m., tenía clase con los adultos, con señores de 40 y 50 años que aún no sabían escribir. A este grupo en especial lo motivé para que vieran la importancia de saber firmar y leer lo que firmaban.

El proceso con los adultos fue más complicado, pues debido a que todas sus vidas habían estado familiarizadas con el azadón, la pica y la pala, el aprendizaje del uso del lápiz fue algo estresante para ellos. Algunas veces partían el lápiz y sudaban cuando realizaban las planas.

Pero la consecuencia de esto, puedo decir, fue que todos los adultos a quienes impartí clases aprendieron a leer y escribir. Fue algo gratificante para mí.

Hubo una vez que logré reunir a toda la comunidad de la vereda. A esta reunión, asistió un señor que tenía una fama terrible dentro de toda la comunidad, pues era borracho, maltratador, agresivo y no tolerante. Tal era la inconformidad con la presencia de él, que mis propios papás me recriminaron el porqué había invitado a ese señor. En realidad, él era el único que me producía temor. Pero, por cosas de la vida, era quien más participaba en las clases. Aunque no cambió su forma de ser, sí logré que les diera permiso a las hijas ―quienes también habían sido maltratadas durante mucho tiempo― para que tuvieran una oportunidad distinta de vida.

En otra ocasión me enteré de que iba a asistir a la región el alcalde y el Comité de Cafeteros Departamental de Antioquia, y para nosotros era como si fuera el presidente de la República. Persuadí a mi mamá para que me acompañara, hasta que lo logré. Nos fuimos temprano para la vereda donde iba a llegar el Comité, y después de que esta gente tan importante había hablado, yo alcé la mano y empecé a echarles el cuento: Yo no soy de esta región, vengo de tal vereda, donde no hay escuela, no tenemos acueducto, tenemos niños que van para primero, otros para segundo y un grupo para tercero. La sorpresa del presidente del Comité de Cafeteros fue tal, al ver que yo era una niña y la única que se atrevió a alzar la mano, que prometió en frente de todos que los proyectos en mi vereda iban a ser los primeros en ser construidos. En efecto, así fue.

Después de ver la repercusión en el desarrollo de la vereda, con el tema de la escuela, un polideportivo y el inicio de la construcción del acueducto, todo por labor de la mesa de acción comunal (antes ni se sabía qué era eso), emprendí mi camino hacia Sutatenza (Boyacá). Me fui a estudiar un curso de dirigente campesina y regresé a seguir apoyando a las escuelas radiofónicas, pero ya no solo en mi vereda sino en todas las veredas del municipio.

Unos años después, gracias a una beca que me gané por mi trabajo con todas las veredas del municipio, viajé para realizar un curso de líder de educación campesina. Pero esto fue terrible, pues yo tenía 20 años y supuestamente era muy niña para hacer este tipo de trabajos ―hasta para cobrar el subsidio que me daban, era un problema― pues en ese entonces, la mayoría de edad era a los 21.

Pero mi trabajo siguió siendo tan bueno, que me gané otra beca. Esta beca fue para hacer el curso de supervisora de educación campesina y para dirigir el proceso de escuelas radiofónicas a nivel regional.

Unos años después me nombraron asistente cultural en la central de servicios, y respondí muchas cartas. Después trabajé en centros de formación técnica del Comité de Cafeteros; trabajé en la dirección de una casa de formación; en una escuela agroecológica de formación para campesinos...

Radio Sutatenza me sirvió para levantar la cabeza y para descubrir las potencialidades que tenía como ser humano. Hoy mis hijas son profesionales y yo sigo vinculada a ACPO. (Tenemos un comité de exestudiantes para apoyar a Kenny Lavacude, director de ACPO, y a su equipo en diferentes actividades).

Puedo decir que Radio Sutatenza fue el servicio bandera de la institución, porque llegaba a los oídos de todos los habitantes del campo, pero se complementaba con los otros medios. El auxiliar inmediato no necesariamente era el que más sabía, pero sí el que tenía más liderazgo; era ante todo un motivador; sin esa motivación el grupo se disolvía. No solo lideraba en las escuelas radiofónicas, sino entre su propia comunidad, en la vereda. Puedo decir que ACPO impactó porque llegaba con los mensajes reales, en los momentos reales y en forma directa a los campesinos...Los temas tenían credibilidad porque se enfocaban en lo que le interesaba al campesino, y porque los mismos lideres campesinos iban a las escuelas radiofónicas a acompañar a los auxiliares inmediatos.

Relato 2: Acpo Vive Radio Sutatenza, “Estamos conectados con el mundo”: Erasmo Angarita Tovar

Mi madre estudió en el año 53 con Radio Sutatenza, tenía 6 años; aprendió a leer con Radio Sutatenza. Yo terminé en el 93, fui de la última promoción, es decir, hace 24 años por esta época yo estaba estudiando en ACPO. Estuve allí en Sutatenza (Boyacá) y me enamoré de ACPO.

Hoy hemos recibido el aval de ACPO para abrir la emisora ACPO Vive Radio Sutatenza y también tengo que agradecerle mucho a esta universidad (Sergio Arboleda) porque nos han ayudado a seguir adelante, mediante la capacitación.

El resultado es que estamos conectados con el mundo. Son entre 30 y 40 países, con quienes tenemos comunicación todos los días. Hablamos con exalumnos, gente que quiere conocer la obra. En un solo programa como “Despertar Campesino”, recibimos hasta 8 mil mensajes cada día.

Somos una emisora cristiana católica, pero le damos cabida a todas las creencias. Nos basamos en la EFI cristiana. Hacemos una radio moderna; nos guiamos por las EDC, y el periódico El Campesino. También retomamos la sabiduría de los grandes de ACPO, como el doctor Luis Alejandro Salas, y líderes comunitarios, como Mario Torres, quien es nuestro corresponsal en Nueva York... Y muchos más, que no dejan perder la esencia de las Escuelas Radiofónicas.

Acabamos de terminar una campaña que se llama “La ignorancia es un pecado” y ahora entramos a la etapa de dignificación de la familia. Buscamos, así, compartir mensajes que dignifiquen a la persona. Somos escépticos frente al proceso de paz, pero queremos incentivar a las personas para que asuman que la paz empieza por la persona y por la familia.

En la actualidad en ACPO Vive Radio Sutatenza tenemos muchos jóvenes vinculados. Un grupo de niños también hace su propio programa los sábados. Los invitamos a todos a que vayan a nuestra emisora. No sé qué pasa con nosotros, pero los que hacemos parte de ACPO nos amamos. La gente nos ha apoyado. En Europa abrimos una convocatoria, y tenemos como corresponsal en España a Eduardo Revollo. También tenemos corresponsales en México, en Europa, Canadá, Honduras. Diariamente emitimos un programa de 5 a 8 de la mañana y, como les decía, cada día entran 8 mil mensajes…

Relato 3: “Descubrimos que las preguntas rompen los silencios cuando las transformamos en acción colectiva”: Soraya Bayuelo Castellar2

Soy Soraya Bayuelo, hija de Blanca Castellar y nací en El Carmen de Bolívar. Sin embargo, mi nombre y mis circunstancias son las de una mujer montemariana como la de cientos de miles de personas de esta tierra bendita. Crecimos entre la pobreza y el abandono del Estado y aprendimos a preguntar ¿por qué? Sembramos la tierra que nos quitaron los señores de la violencia y que visten de fiesta en época de elecciones y aprendimos a preguntar ¿por qué? Recogimos a nuestros muertos y los lloramos en silencio cuando nos prohibieron vivir, cantar, hablar, pensar, sembrar, caminar nuestras calles de tierra y sed, y preguntamos ¿por qué?

Aprendimos que las respuestas van y vienen hasta que se convierten en justificaciones para que otros sigan imponiéndonos más silencios, más mentiras, más muertos. Entonces recordamos que la única manera de hacer de nuestra tierra un lugar parecido a lo que soñábamos cuando no había miedo, era juntarnos. Ellos no entienden que al pretender dejarnos al margen de las decisiones sobre nuestro propio futuro aprendimos a observar, a escuchar y a decidir y cuando nuestros pensamientos, palabras e ideas se volvieron más fuertes que sus gritos y sus balas ya nadie nunca nos pudo callar más.

Desde hace treinta años trabajamos para recuperar la voz que nos arrebataron porque creemos en la palabra con la misma convicción y templanza con la que no aceptamos la violencia, en ninguna de sus formas y de ninguno de sus promotores. Somos constructores, porque descubrimos que las preguntas rompen los silencios cuando las transformamos en acción colectiva y esa fuerza nos convierte en un solo cuerpo, un territorio que siente, que crea, que tiene memoria, que es capaz de abrirle paso a la vida, aunque nuestras propias vidas sean solo cifras en rojo, porque no estamos dispuestos a perder lo que nunca pudieron arrebatarnos: nuestra dignidad.

En Colombia, como en ningún otro lugar del mundo, nos mata el ejercicio ciudadano: cuidar nuestra tierra, nuestra agua, proteger y garantizar los derechos de nuestras comunidades; nos matan por ser y hacer lo que haría cualquier ciudadano en una democracia auténtica. Pero hay cosas peores que la muerte y en los Montes de María lo sabemos bien. Una de ellas es el dolor que produce ver a nuestro país sumido nuevamente en el silencio y el miedo.

Y por eso seguiremos preguntando ¿por qué? Y no nos cansaremos, porque nuestro trabajo es recordarle a cada habitante de nuestro país y del mundo que tenemos derecho a vivir en paz.

Discusión/conclusión

Como se puede advertir en los anteriores relatos, tal y como lo plantea la comunicación/educación, se trata de construir la realidad no para sino con las otras personas. Y para ello, Radio Sutatenza apela a distintos escenarios de conversación, entre los cuales, como hemos visto, la comunicación sonora juega un papel esencial, si bien no es la única empleada en las EDC pues, como se ha observado, ayer y hoy ACPO apela a lo que denomina “combinación sistemática y organizada de medios y recursos”. En palabras de Bohm (1997, p. 30), se activa así, un ganar o ganar que trasciende la comprensión de un solo individuo y deviene participación en la que no estamos jugando contra los demás sino con ellas y ellos. Así, a partir del lenguaje, la comunidad participa de nuevas realidades, pues, como lo expresa Maturana (1997, p. 30), “lo que hace uno al conversar es moverse en un flujo de coordinaciones de seres y emociones. O sea, generamos mundos”.

Esos mundos, como también lo propone Bohm, solo pueden generarse si se activa el diálogo, a partir de la capacidad manifiesta y efectiva de las personas de escucharse sin tratar de imponer nada. De esa forma, se promueve lo que podríamos llamar el descubrimiento de significados compartidos, “el aglutinante, el cemento que sostiene los vínculos entre las personas y entre las sociedades” (1997, p.30).

Como lo señalamos en la investigación que referenciamos arriba (Pérez, p. 36), buscamos que las campesinas, campesinos, afrodescendientes e indígenas sean protagonistas del proceso de comunicación, en su calidad de sujetos radicales de la vida pública, según lo postulan Mouffe (2021) en su teoría de la democracia radical y Llano (1999), desde la perspectiva del humanismo cívico.

Desde el campo de la comunicación/educación, de esa forma actúan en calidad de sujetos de interaprendizaje. Vale decir que, de esa manera, ACPO le concedió, y le concede aún, una especial importancia a la comunicación interpersonal, como elemento esencial de transformación, en la cual juegan un papel clave la figura del auxiliar inmediato –hoy llamado facilitador o tutor– y la correspondencia, y “Las cartas del campo”, respectivamente.

Como lo destaca Bernal (2005), exdirector general de Radio Sutatenza, la correspondencia era un elemento clave dentro del sistema/proceso de comunicación de ACPO: “Era una forma de superar la masificación propia de los medios de comunicación, y de crear una relación interpersonal con su audiencia” (p. 17).

Esta última propuesta se materializa en los archivos sonoros conocidos como pódcast, que se siguen consolidando no solo en Colombia sino en el mundo, pues, gracias a la gran versatilidad que ofrecen las plataformas podcasting, hoy es posible compartir y posicionar contenidos para ser consumidos o escuchados de manera asincrónica, lo que promueve y potencia las experiencias de las comunidades participantes. De allí surge esa iniciativa, derivada del programa radial “Mundo Rural” que, como hemos señalado, hace parte integral de la estrategia de combinación de medios emprendida por Radio Sutatenza en la era digital.

En esa dirección, como hemos visto, las plataformas cumplen una gran función, al permitirles a las comunidades de las EDC librar con mayores posibilidades de éxito las luchas por el reconocimiento social. Pero más allá del acceso a múltiples canales o a lo que también se conoce como “multipantalla”, hemos puesto el énfasis en las implicaciones, es decir, en las formas cómo las campesinas, campesinos, afrodescendientes e indígenas, se involucran en las constelaciones y significados en la era digital (Pérez, 2019).

En ese sentido, hemos formulado la siguiente pregunta: Y ahora como productores activos, ¿qué significa para esta población su ingreso a las plataformas digitales?

Tal y como lo expusimos en la investigación ya referida,

Son muchos y variados los impactos, aunque es clave primero tener en cuenta que el problema de fondo no es el acceso a las tecnologías en sí mismo, sino algo mucho más complejo llamado comunicación. Estamos aquí ante lo que Pasquali identificara en su clásica obra de 1970, Comprender la comunicación, como la dimensión humana del proceso comunicativo (Pérez, 2019, p. 222).

Agregamos entonces la gran importancia que cobran en el contexto específico de las Escuelas Digitales Campesinas, las variadas formas tanto de acceder como de compartir y generar conocimientos y saberes. Siguiendo a Martín-Barbero (2015, p. 27), podemos señalar que, al propiciar nuevos modos de percepción y de lenguajes, esto es, de estéticas y de narrativas, los saberes y conocimientos modifican las condiciones, tanto del estatuto cognitivo como institucional de las “condiciones del saber”.

En la búsqueda de respuestas, como se expone en detalle en la tesis doctoral ya referenciada (Pérez, 2019), se han identificado, entre otros, los siguientes recursos, caracterizados por su  especial potencia para el ejercicio de comunicación/educación al servicio de la Educación Fundamental Integral, en la era digital: 

Narrativas  transmedia. Varios autores, entre ellos Jenkins y Scolari se han ocupado de investigar este concepto, que definen como la expansión de historias-contenidos por diversos canales; como tales, implican nuevas formas de interacción, codificación y decodificación, “así como habilidades para interactuar y tomar decisiones en el mundo de la vida” (Amado, 2014, p. 1). El ecosistema comunicativo de ACPO no es ajeno a esta tarea, no sólo  en la medida en que despliega sus contenidos en diversas plataformas (periódico digital, radio, video, redes sociales e impresos) sino en tanto  sus cursos, entre ellos el de alfabetización digital, les han abierto el camino a sus alumnas y alumnos para que aprovechen el universo ilimitado que significa acceder a Internet y sacarle así el mejor partido posible a las nuevas formas de estar en el mundo que implica la era digital.

Inteligencia colectiva. Al ver con perspectiva histórica el proceso de ACPO se encuentra que uno de sus grandes activos ha estado en el aprovechamiento de la inteligencia colectiva, considerada por  el filósofo y sociólogo tunecino Pierre Lévy, la fuente del desarrollo humano y, como tal,  “es practicada por los seres humanos desde que disponen de lenguaje y cultura [...] Ahora, en la era digital [...] es una inteligencia repartida en todas partes, valorizada constantemente, coordinada en tiempo real, que conduce a una movilización efectiva de las competencias” (Amador, 2012, p. 2).

Se trata de una gran puerta que  favorece la movilización de los saberes y propicia el reconocimiento de comunidades que, como las campesinas, indígenas y afrodescendientes, en palabras  del mismo Lévy, “a menudo han sido despreciadas, ignoradas, inutilizadas y/o humilladas” (2004, p. 19).

En la búsqueda del sentido enmarcado en la relación tecnologías digitales/medios/ comunicación estamos ante tres dimensiones que favorecen la propuesta de comunidades de interaprendizaje de ACPO:  “otros modos de asumir la realidad; nuevas formas de gestionar la participación y la  ruptura de la totalización mediante la creación interactiva” (Amador, 2012, p.3).

Hoy, entonces, ACPO se mueve en esos nuevos escenarios que le brindan mayores posibilidades de éxito en la tarea de  construir sus propios relatos, en un contexto  que, incluso, está cambiando la noción de lo popular, para asociarlo ya no sólo con lo conocido y consumido por el “pueblo” sino por la construcción colectiva en lo que autores como McLuhan denominan ecología de medios, es decir, esa trama compleja de mensajes “los cuales fluyen múltiples, efímeros y cambiantes, a través de los entornos visual y digital” (Amador, 2012, p.4).

Voces propias en medios propios. Lévy (2004) asegura que la inteligencia colectiva demanda nuevos modos de mediación para acceder al conocimiento. En esa dirección, nuestra propuesta está enfocada en la posibilidad y necesidad de convertir a todo actor social en productor de discursos y de relatos, que circulan en diversas plataformas. No se busca aquí soslayar los inconvenientes que se derivan del excesivo mercantilismo que se evidencia en el mundo digital porque, a pesar de ello, la red ha abierto una infinidad de nichos subculturales:

Pensemos no solo en los blogs de científicos que intensifican su labor académica por este medio, sino también, por ejemplo, en los pacientes que sufren una enfermedad rara y se ponen en contacto con otra persona en su misma situación de continente a continente para ayudarse mutuamente con sus consejos y su experiencia. Se trata, sin duda, de grandes beneficios de la comunicación, que no sirven solo para aumentar la velocidad de las transacciones bursátiles y de los especuladores (Habermas, p. 5).

Lévy  lo dice con estas palabras: “Así no solamente todo el mundo se convierte en autor sino también en prescriptor, organizador de la memoria colectiva, documentalista, crítico. En suma todo el mundo se vuelve mediador” (2007, p. 4). Es, como se ha visto, lo que ya se evidencia  con el caso de la emisoras online “ACPO Vive Radio Sutatenza”,  “Asoacpo Sutatenza Medellín” y “Odismar 715 Estéreo”, que nacieron y se mantienen gracias al mismo trabajo de los estudiantes, ya sea de las Escuelas Radiofónicas o de las EDC; con la vigencia del Discoestudio, como recurso para capacitar a comunidades que no tienen acceso a la educación formal; con el radioclip y el podcast, claves en la tarea de hablar desde el universo vocabular de los actores sociales  y con la Red de Reporteros Rurales (R3). Siguiendo a Fuenzalida (1996) se puede afirmar que, en la medida en que los propios sujetos relatan sus historias como ocurre en estos casos, se educan tanto para la emisión como para la recepción y, por esa vía, se fortalece su participación activa en el proceso de construcción de significados, es decir, se cualifica el ejercicio ciudadano. Como también lo destacan otros autores,

el periodismo cumple un papel esencial al construir con su narrativa de los acontecimientos el ejercicio de la ciudadanía, estando, así, vinculado a los nuevos movimientos sociales, que están transformando desde abajo la vida de la gente y la forma de hacer política. Esto supone también una forma nueva de hacer e investigar en periodismo. Es, por tanto, un gran desafío (Osorio, 2013, p. 3).

Así mismo, se puede indicar que, tanto la experiencia de las emisoras online como la del programa de radio “Mundo Rural”, señalan unas variantes de lo que Verón denomina “contrato de lectura”, en la medida en que los propios actores de las EDC como productores y consumidores (prosumidores).

Claro, es un modelo que se debe profundizar, pero ya se observa la apropiación y uso de  elementos que demuestran su plena viabilidad práctica, pues 

Son condiciones sociales de producción de sentido inscritas en las luchas por la hegemonía –entendida en su complejidad desde sus dimensiones política, cultural y de concepción del mundo– donde cobran su pleno valor los discursos que articulan el sentido de una sociedad (Martín-Barbero, 2003, p. 223). 

Asistimos, así, a las disputas por el sentido, o los sentidos de lo social que, según lo hace notar Williams (2000), se construyen, en el marco de la cultura, permeada por las prácticas dominantes, residuales o emergentes. Es importante puntualizar que, según el mismo Williams, lo residual alude a lo negado o reprimido por la cultura imperante, como algunas identidades étnicas o religiosas, que, sin embargo, existen y, con frecuencia, llegan a fusionarse o, por lo menos, a impactar lo emergente, como se puede evidenciar hoy en los escenarios digitales (Pérez, 2019, p. 226).

En este marco de análisis, y a partir de la experiencia del pódcast “Las cartas del campo”, identificamos la especial importancia que cumplen los archivos sonoros, gracias a los siguientes recursos o estrategias comunicativas, los cuales, a manera de conclusión, se inscriben en la evolución de los contratos de lectura propuestos por Verón (2004):

Como vemos, tanto el futuro como el presente del pódcast es promisorio, pues vivimos en un mundo atravesado por las tecnologías que no solo ya no tiene marcha atrás, sino que cada vez se enriquece con novedosas y accesibles propuestas. En consecuencia, día a día contamos con más posibilidades para que cada uno actúe como persona participante o realizadora de contenidos.

Es, por lo demás, un recurso que adquiere su real potencia con las capacidades que despliegan actores sociales para llamar la atención con historias y/o relatos bien contados, para decir: “estoy aquí; soy/somos así; también cuento y contamos”. Ponemos el énfasis en la palabra historias, porque ahí podemos inscribir uno de los principales retos al usar los archivos sonoros. Si bien es cierto en el podcasting caben todos los géneros y todos los formatos, consideramos que el más atractivo es el que explora el universo riquísimo del periodismo narrativo, pues, como lo pudimos evidenciar en este trabajo, en particular en el programa de radio “Mundo Rural” y en el pódcast “Las cartas del campo”, las comunidades inmersas en nuestro objeto de estudio son ricas en relatos, de probada eficacia para la tarea de construir memoria histórica.

Como también lo indicamos párrafos atrás, los planteamientos hechos en este artículo buscan aportar algunas respuestas frente a estas preguntas fundamentales: ¿De qué manera las campesinas, campesinos, indígenas y afrodescendientes se involucran, o pueden involucrarse, en las constelaciones de sentido y de significados? ¿Cómo participan de la deliberación pública? ¿Cuál es el papel que juega la comunicación sonora? Y, en ese ejercicio, ¿cómo pueden acceder al reconocimiento social, elemento clave para su configuración como sujetos políticos, desde los postulados de la comunicación/educación, la democracia radical y el humanismo cívico?

En la búsqueda de respuestas, hemos hallado explicaciones de la mano de los propios actores sociales, en un ejercicio de diálogo que inscribimos en las perspectivas enunciadas. Desde allí identificamos acciones y propuestas enfocadas en nuevas formas de concebir y ejercer la política que, en oposición a la que se ha ejercido de manera tradicional en países como Colombia, no se conciba para borrar sino para construir identidades sociales. Ello pasa por la apertura de más espacios de interacción/participación, hacia la interpretación creativa sobre “lo que somos y lo que puede ser el país” (Ospina, 2018, p. 1).

Según Bobbio (2001, p. 98) es, también, la forma de apelar al “carácter público del poder”, que es lo que distingue el Estado constitucional del Estado absoluto. Ahora bien; para llevar a la práctica esa visibilización del poder, entendemos, según la propuesta de la democracia radical, que los sujetos políticos se constituyen de manera permanente en los juegos del lenguaje. Tal y como se plantea desde esta perspectiva de la filosofía política, esos juegos del lenguaje están inmersos en relaciones intersubjetivas, esto es, atravesadas por disensos y contradicciones muchas veces insalvables, pero indispensables para la construcción de nuevas ciudadanías. Es lo que Laclau y Mouffe (1999, pp. 182 y 183) conciben como la pluralidad de identidades políticas, que no se pueden ignorar, pues se hacen evidentes en los diversos y dinámicos movimientos sociales.

Y, como lo indicamos en otra de nuestras investigaciones (Pérez, 2019, p. 217) desde el campo de comunicación/educación este proceso se identifica con la formación que trasciende la escolarización, para insertarse en los diferentes escenarios que conforman el mundo de la vida.

Vale puntualizar que desde este último enfoque, hay democracia cuando sectores que no participaban de la gestión de la cosa pública ahora empiezan a participar, tanto de su propia concepción de organización política como de la forma de gestionar los conflictos (Laclau, 2009).

Estamos, entonces, ante el gran objetivo de propiciar la ciudadanización y de reconstrucción del tejido social en un país muy afectado por el conflicto armado (Pérez, 2019). Es un proceso que se da en la medida en que entendemos, como lo señala Freire (2005) en la Pedagogía del oprimido, que las personas no se hacen en el silencio, sino en la palabra, en el trabajo, en la acción, en la reflexión.

Es una apuesta que, insistimos, cobra sentido en los relatos de actores sociales, máxime si tenemos en cuenta que la capacidad de nominar o representar el mundo que habitamos no solo tiene una potencia expresiva sino constitutiva de identidades culturales y políticas (Martín-Barbero & Ochoa Gautier, 2005).

Ahora bien; para este tipo de ejercicios la comunicación sonora adquiere una especial importancia, si se tienen en cuenta aspectos como la gran tradición oral de las zonas rurales, cuyo uso y aprovechamiento se traduce en una gran motivación, indispensable para concretar y sacar adelante procesos de comunicación/educación.

Es lo que ha entendido Radio Sutatenza desde su primera etapa, enfoque que profundiza hoy en la era de las Escuelas Digitales Campesinas. De ahí que conciba la figura del auxiliar inmediato (hoy denominado tutor o facilitador) como un integrante de la misma comunidad partícipe de la escuela sonora, cuya tarea central es fungir como motivador. No debemos pasar por alto que la llamada Educación Fundamental Integral (EFI) de ACPO, se basa en la combinación de medios, cuyo eje está en la comunicación interpersonal. Vale precisar que la combinación organizada y sistemática de medios y recursos incluye (además de los espacios de interacción sincrónica promovidos por el facilitador), las emisoras ACPO Vive Radio Sutatenza y Asoacpo Sutatenza Medellín; el programa de radio “Mundo Rural”; el periódico elcampesino.co; los libros; las cartillas y el Discoestudio, vigente desde la época de las Escuelas Radiofónicas. Y debemos subrayar que, ayer como hoy, la persona que oficia como tutora es alguien con más experiencia, no necesariamente la que más sabe, pero sí la que tiene más liderazgo dentro del grupo. Como lo expresa Henao en el relato que leímos arriba, “sin esa motivación el grupo se disolvía”.

Gracias al énfasis que le puso a ese elemento clave de la interacción social, según lo recalca Henao, Radio Sutatenza logró el impacto necesario para activar el proceso de comunicación entre sus educandos, al interpelarles “con los mensajes reales, en los momentos reales y en forma directa” (Pérez, 2019, p.195).

En la misma dirección, podemos señalar que los demás medios, al tiempo que sirven como escenarios para expandir y, por lo tanto, profundizar la comunicación/educación ―ya sea de manera sincrónica o asincrónica― hacen viable un elemento esencial para la configuración-acción de las nuevas ciudadanías, como lo son las tareas de reconocimiento. Es preciso indicar que cuando hablamos de comunicación sincrónica, nos referimos a la conversación que fluye de manera inmediata, la cual, independientemente de los canales usados, permite respuestas instantáneas. Por su parte, la asincrónica ―asociada a procesos interactivos que también pueden fluir en plataformas como Whatsapp; Telegram, Youtube, Spotify y Soundcloud, entre otras― se caracteriza por ser diferida, esto es, no apegada a respuestas inmediatas, pero no, por ello, menos importante y útil en tareas de reconocimiento social.

Vale puntualizar que el reconocimiento, vital dentro de las discusiones planteadas aquí, tiene profundas raíces en la ética, pues, como lo indican varios autores,

al avivar la sensibilidad hacia el otro, la ética debe transformar la vida social, la política, la misma economía, al abrir los amplios espacios del nosotros y romper el enclaustramiento del ego en esas burbujas creadas por la tecnología digital, con su habilidad para unir a los mismos con los mismos y alejar al otro, a quien conecta, pero no comunica (Restrepo, 2018, p. 18).

En otras palabras, cuando se reconoce a alguien y es reconocido, la persona participa del proceso de interaprendizaje que, como hemos visto, hace parte de la esencia de la comunicación/educación. Podemos decir, entonces, que el interjuego entre interpelaciones y reconocimientos se basa en la reciprocidad de las acciones, que se advierten, por ejemplo, en refranes populares como estos: “Hoy por ti, mañana por mi”; “Es mejor dar que recibir”; ``Un grano no hace granero, pero ayuda a su compañero” ...

En efecto, como afirma el filósofo Savater (1999), el reconocimiento que ofrece la ética no tiene sentido más que devuelto, pues la obligación que el otro nos impone es la misma que representamos para él. Al tratarse, por tanto, de un ideal humano y humanizante, le apuesta a asumir con todas sus implicaciones la esencial igualdad de las personas.

En esa línea de acción, como lo indicamos en la tesis doctoral (Pérez, 2019), identificamos reconocimiento con el respeto, que se basa en la validación de interlocutores; implica valorar las distinciones y las identidades sociales lo que nos lleva a dudar, y a ejercer la autocrítica para evaluar nuestra propia forma de pensar, de cara a construir nuevas realidades, pues en la comunicación no se trata de imponer sino de crear algo en común.

En ese mismo sentido, podemos afirmar que el acto de reconocer y ser reconocido está en la base de la constitución-configuración de las ciudadanías, pues, persona que no es reconocida no existe como sujeto político (Martín-Barbero, 2015).

De hecho, desde sus perspectivas teóricas, se puede asumir el reconocimiento como una categoría en construcción, que, a su vez, identificamos como una de las tareas a desplegar en escenarios de comunicación/educación, entre estos la comunicación sonora. Como lo hemos señalado, este campo de estudios se enfoca, de manera insistente y sistemática, en indagaciones y propuestas acerca del conflicto social desde su dimensión culturalista. Desde allí (desde la comunicación/educación) se busca comprender las formaciones subjetivas y las significaciones de un contexto determinado, que, en este caso particular, está constituido por los escenarios en que se mueven las Escuelas Digitales Campesinas (EDC) (Martínez, 2017).

En esa misma dirección, como también lo plantea Mouffe (2021) en su propuesta de nuevas ciudadanías, el papel central del lenguaje en la constitución de sujetos, quienes, al acceder a la palabra pública, asisten a lo que podemos identificar como un proceso de ciudadanización. Es la forma de librar la batalla cultural que les permite oponerse a la antítesis del reconocimiento, conformada por expresiones y acciones violentas, entre las que figuran la negación o desposesión de derechos, la discriminación, el maltrato, la violación, la exclusión, el racismo, la indignidad, la injuria, la calumnia, la estigmatización, la humillación, la xenofobia y la aporofobia (Pérez, 2019, p. 215).

Son tareas fundamentales que, a su vez, abren las condiciones de posibilidad para que educandos de las EDC ejerzan como significadores críticos. Según la propuesta freiriana, ello ocurre cuando quien participa del proceso se reconoce conociendo los objetos, pues, en la medida en que descubre que puede conocer, asiste a la inmersión de los significados, lo cual resulta clave para transformar las realidades sociales (Freire, 1994). Entonces, como lo indicamos de la mano de la filósofa española Cortina (2018, archivo de audio), al nombrar la realidad con palabras y significados en contextos específicos, la reconocemos, la traemos a nuestro mundo e identificamos y podemos, de esa manera, tomar una posición concreta frente a la misma, “para actuar, deliberar y, si es necesario, tomar medidas preventivas”.

Ahora bien; en cuanto a la comunicación sonora se refiere, advertimos la importancia de las experiencias vividas por educandos de Radio Sutatenza, tanto en las emisoras online, como en el pódcast “Las cartas del campo”, en su calidad, ya no solo de receptores sino de realizadores de contenidos. Identificamos allí variantes notorias frente a los postulados del contrato de lectura de Verón, por cuanto en esos casos específicos, ya no podemos hablar de propuestas o estrategias de comunicación que les formula de manera vertical un emisor a unos receptores, sino de procesos interactivos e interpelaciones permanentes (Vaca, 2011), que viven las comunidades participantes.

Entonces, podemos afirmar que la Radio Sutatenza de tiempos pospandémicos cuenta con variadas, amplias y consistentes propuestas y medios para acceder a lo que Sadin (2022) denomina una política del testimonio, basada en la difusión, el posicionamiento y el reconocimiento de las voces que se expresan desde sus propios territorios y contextos. Estamos, por tanto, en el terreno de lo público, esto es, lo común o lo que nos pertenece a todas las personas, en cuyo ejercicio la comunicación juega un papel esencial, pues, al fin y al cabo, sin el ejercicio libre de la palabra pública no es posible construir una democracia.

Notas

  1. Este relato contó con el respaldo en el trabajo de campo, de los estudiantes Jéssica Monsalve y Esteven Riaño, integrantes del semillero Radio y Ciudadanías.
  2. Esta última carta-relato, publicada en la revista Semana (2019) en el podcast “Las cartas del campo” y en el periódico elcampesino.co (2019), sintetiza el enfoque y la importancia que aún le concede ACPO a la correspondencia en plena era digital.

Referencias

Amado, J.C. (2014). Transmediaciones, nativos digitales y educación. Comunic@Red, 1(1), 193-216.

Bernal, H. (2005). Acción Cultural Popular. Radio Sutatenza: de la realidad a la utopía. Fundación Cultural Javeriana de Artes Gráficas. 

Bilyk, P. (2014). La Nación en el cambio de época: democracia y nuevas ciudadanías. [​Tesis doctoral, Universidad Nacional de La Plata].  Disponible en: http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/48771

Bobbio, N. (2001). El futuro de la democracia. Fondo de Cultura Económica.

Bohn, D. (1997). Sobre el diálogo. Kairós.

Comisión Nacional de la Verdad (28 de junio de 2022). Informe final. Hay futuro si hay verdad Disponible en : https://www.comisiondelaverdad.co/etiquetas/archivo-pdf

Cortina, A.​​ [​TEDxUPValència​]. ​(​2018, 03, 13) ​Aporofobia, el miedo a las personas pobres. [​Video​]. Disponible en: ​https://www.youtube.com/watch?v=ZODPxP68zT0 

De Sousa, B. (2012). De las dualidades a las ecologias. Disponible en: http://www.boaventuradesousasantos.pt/media/cuaderno%2018.pdf

Díaz Larrañaga, N. (1999). El relato de vida: apuntes teórico-metodológicos en comunicación. Revista Latina de Comunicación, 22.

Dussel, E. (1995). Introducción a la filosofía de la liberación. Nueva América.

Freire, P. (1994) Pedagogía de la esperanza. Siglo XXI Editores.

Freire, P. (2005) Pedagogía del Oprimido. Siglo XXI Editores.

Hermoso, B. (10 de mayo de 2018). “Entrevista: Jürgen Habermas: ¡Por Dios, nada de gobernantes filósofos!”. El País. Disponible en: https://elpais.com/elpais/2018/04/25/eps/1524679056_056165.html

Henao, R. (2017, 29, 05) Entrevista en Mundo Rural [Audio podcast]. Disponible en: http://www.elcampesino.co/radio-mundo-rural-foro-70-anos-acpo-precios-del-cacao-ley-tierras/

Huergo, J. (1999). “La comunicación en la educación: más allá de la escolarización”. En Zambrano (comp.). Comunicación, Humanismo y Nuevas Tecnologías en el Espacio Escolar. Universidad Pedagógica Nacional.

Laclau, E. y Mouffe, Ch. (2001). Hegemonía y estrategia socialista. Siglo XXI Editores.

Laclau, E. (2009) [Sergiotej2]. (2009, 06, 17) Laclau sobre el concepto de democracia radical. [Archivo de video]. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=4uq-1SvR7fw

Lévy, P. (2004). Inteligencia colectiva: Por una antropología del ciberespacio. Organización Panamericana de la Salud. Disponible en: https://shorturl.at/gBIOR

López Vigil, J. I. (Abril, 2005). Manual urgente para radialistas apasionadas y apasionados. Disponible en: https://shorturl.at/aiGHL

Martín-Barbero, J. (2003) Nuestros modos de estar en el mundo. Número, 37, 11-13.

Martín-Barbero, J. y Ochoa Gautier, A.M. (2005). “Políticas de multiculturalidad y desubicaciones de lo popular”. ​En Mato (Comp.). Cultura, política y sociedad Perspectivas latinoamericanas​. Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales.

Martín-Barbero, J. (2015). ¿Desde dónde pensamos la comunicación hoy? Chasqui. Revista Latinoamericana de Comunicación, 128. https://doi.org/10.16921/chasqui.v0i128.2545  

Martínez, D. G. (2017). El reconocimiento en comunicación/educación. Esbozos para una categoría en construcción. Cuadernos Inter.c.a.Mbio Sobre Centroamérica Y El Caribe, 14(2), 164–189. https://doi.org/10.15517/c.a.v14i2.30953

Maturana, H. (2001) Emociones y lenguaje en educación y en política. Dolmen. 

Medina, A. (2017, 29,05) Entrevista en  Mundo Rural. [Audio podcast]. Disponible en: http://www.elcampesino.co/radio-mundo-rural-futuro-del-agro-proceso-paz/ 

Mouffe, Ch. (2007) El retorno de lo político. Fondo de Cultura Económica.  

Mouffe, Ch (2003). La paradoja democrática.  Gedisa. 

Osorio Vargas, R. H. (2013). Investigación: comprensión de la teoría del periodismo (contribuciones colombianas). Brazilian Journalism Research, 9(1), 06–17. https://doi.org/10.25200/BJR.v9n1.2013.494

Ospina, W. (2018). “La paz del pueblo ausente”. El Espectador. Disponible en: https://bit.ly/3N7ZP35

Pasquali, A. (1990) Comprender la comunicación. (4a. ed.). Monte Ávila Latinoamericana.

Pérez Bernal, J.C. (Diciembre, 2019). Radio Sutatenza y Acción Cultural Popular en la era digital.

Prieto Castillo, D. (2006). El interaprendizaje como clave de la educomunicación. Mediaciones, 4(6), 23–35. https://doi.org/10.26620/uniminuto.mediaciones.4.6.2006.23-35

Restrepo, J.D. (Septiembre de 2018). La constelación ética. Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano; Tragaluz .

Sadin, E. (2022). La era del individuo tirano: El fin del mundo común. Caja Negra Editora.

Savater, F. (1999). Invitación a la ética. Anagrama.

Sims, N. (2009). Los periodistas literarios o el arte del reportaje personal. Aguilar.

Vaca Gutiérrez, H. (2011). Procesos interactivos mediáticos de Radio Sutatenza con los campesinos de Colombia (1947-1989​)​. Signo y Pensamiento, 30(58). Universidad Javeriana. https://doi.org/10.11144/Javeriana.syp30-58.pimr

Verón, E. (2004), Fragmentos de un tejido. Gedisa.

Williams, R. (2000). Marxismo y literatura. Península.


Esta obra está bajo licencia internacional Creative Commons Reconocimiento-NoComercial 4.0.