Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales

Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco

ISSN 2347-081X

http://www.revistas.unp.edu.ar/index.php/textosycontextos

2022. Núm. 10. 161-179

Críticas a las militancias feministas en redes sociales

Deshistorización, banalización y sexualización como estrategias de silenciamiento

Critics of the feminist activism on social networks: Dehistoricization, trivialization and sexualization as silencing strategies

Clementina Mazzini

clementina.mazzini@gmail.com

Universidad Nacional de La Plata - Universidad Nacional de Rosario

Verónica Sofía Ficoseco

vsficoseco@gmail.com

Universidad Nacional de la Patagonia Austral - Universidad Federal da Bahía

Fecha de recepción: 30 de marzo de 2022

Fecha de aprobación: 26 de junio de 2022

Fecha de publicación: 31 de julio de 2022

Para citar este artículo: Mazzini, Clementina y Ficoseco, Verónica Sofía (2022). Críticas a las militancias feministas en redes sociales: Deshistorización, banalización y sexualización como estrategias de silenciamiento. Textos y Contextos desde el sur, Número 10, 161-179.

Resumen

Este artículo analiza las maneras en que se construyen discursos sobre la militancia feminista en los comentarios de usuarios y usuarias de las páginas de Facebook de los medios de comunicación La Garganta Poderosa y La Nación. La perspectiva de análisis fue de inspiración etnográfica virtual y la técnica principal de producción de datos fue la observación y registro de los textos producidos por los y las usuarias. El trabajo de campo fue desarrollado online en las páginas mencionadas durante un mes, mientras que la fase analítica se basó en el análisis crítico de contenidos. Como resultado principal se construyó una caracterización de los comentarios violentos sobre el feminismo en redes sociales en torno a dos objetivos, la deshistorización y la banalización del movimiento feminista, mediante la articulación de argumentos en dos ejes: las críticas a la modalidad de protesta y modos de visibilización de sí mismas, centradas en la comparación con las feministas de la segunda ola, y las críticas sobre la relevancia política de las propuestas, centradas en la descalificación personal de las dirigentes y portavoces. También, fue posible establecer que cuando se trata de jóvenes feministas, las críticas mantienen los dos ejes señalados pero transversalizan ambos con señalamientos centrados en los cuerpos y las sexualidades de las jóvenes.

Abstract

This article analyzes the ways in which discourses on feminist activism are constructed in the comments of users of the Facebook pages of the media La Garganta Poderosa and La Nación. The analysis perspective was virtual ethnographic inspiration and the main technique of data production was the observation and recording of the texts produced by the users. The fieldwork was developed online on the mentioned pages for a month, while the analytical phase was based on the critical analysis of content. As a main result, a characterization of the violent comments about feminism in social networks was built around two objectives, the dehistoricization and trivialization of the feminist movement, through the articulation of arguments in two axes: criticism of the protest modality and modes of self-visibility, centered on the comparison with the feminists of the second wave, and criticisms of the political relevance of the proposals, centered on the personal disqualification of the leaders and spokespersons. It was also possible to establish that, when it comes to young feminists, the critics maintain the two indicated axes but cross both with points focused on the bodies and sexualities of the young women.

Palabras clave

Redes sociales, Feminismo, Estereotipos, Facebook

Key words

Social networks, Feminism, Stereotypes, Facebook

Introducción

Durante años recientes, las luchas de los movimientos de mujeres y otras identidades han tomado visibilidad tanto en Argentina como en el resto del mundo. Aproximadamente desde la década de los 80, muchas temáticas anteriormente confinadas al ámbito académico fueron paulatinamente incorporadas al debate público más extenso. En los últimos años, la convivencia con los medios y plataformas digitales sumamente arraigados en las prácticas sociales contribuyó a acelerar la visibilización y masificación de los debates, tanto online como offline, de los reclamos relacionados con problemáticas de género (Chejter, 1996; Laudano, 2019; Rodriguez Facioli y Gomes, 2021; Fontenla y Bellotti, 1995)

A partir de comprender que las personas no sólo utilizamos, sino que habitamos el mundo digital social, política y culturalmente, resulta interesante analizar cómo se construyen y perpetúan determinados discursos, en especial aquellos relacionados con las mujeres y disidencias y la militancia feminista (Zafra, 2013; Natansohn y Paz, 2018). Considerando que el mundo virtual es también un mundo de disputas en el que tanto los medios de comunicación tradicionales como los usuarios particulares encuentran un campo de lucha para legitimar discursos y crear sentido, resulta imprescindible poder analizar de qué forma y en torno a qué postulados se producen tales discusiones (Boix, 2015).

El objetivo de este artículo es analizar los discursos producidos en las páginas de medios de comunicación argentinos La Nación y La Garganta Poderosa en la red social Facebook, a través de los comentarios de usuarios en que se hace mención explícita a las valoraciones sobre las formas de militancia feminista actual, colocando especial atención a aquellos casos en que se contrapone dichas prácticas con otros modos de lucha feminista. Para este fin, se seleccionaron publicaciones de los dos medios realizadas en el mes de marzo de 2018, y se relevaron sistemáticamente los comentarios de usuarios. Se decidió tomar ese mes en particular, ya que es el mes en el que se celebra el Día Internacional de la Mujer, a partir del cual se realizan numerosas movilizaciones en Argentina y otros países del mundo (Laudano y otras, 2018). El análisis presentado forma parte de una investigación de más amplio alcance realizada en el marco de un TIF de la Especialización en Comunicación Digital de la UNLP. La selección de páginas de medios de comunicación con características tan diferentes entre sí, obedeció a la decisión de construir un corpus con presencia de voces y actores diversos.

En base al análisis fue posible construir una caracterización general de los comentarios violentos sobre el feminismo en redes sociales en torno a dos temáticas, la deshistorización y la banalización del movimiento feminista, mediante la articulación de argumentos en dos ejes: las críticas a la modalidad de protesta y modos de visibilización de sí mismas, centradas en la comparación con las feministas de la segunda ola, y las críticas sobre la relevancia política de las propuestas, centradas en la descalificación personal de las dirigentes y portavoces. También, fue posible establecer que, cuando se trata de jóvenes feministas, las críticas mantienen los dos ejes señalados, pero transversalizan ambos con señalamientos centrados en los cuerpos y las sexualidades de las jóvenes.

Construcción de imágenes en torno a las militantes feministas y redes sociales

A partir de la inclusión de los medios y plataformas digitales en nuestras prácticas sociales y comunicacionales cotidianas, la construcción de discursos condenatorios en torno a las militantes feministas y las reactualizaciones de estereotipos sobre las mujeres en general, encontraron nuevos espacios donde proliferar. Diversas autoras y autores han observado cómo en internet en general y en las redes sociales en particular, se producen y circulan estereotipos, críticas y postulados misóginos y discriminatorios con motivos de género (Wajcman, 2006; Boix, 2013; Natansohn 2013, 2018; Zafra, 2018).

Las redes sociales, al contrario de lo que sucedía con los medios de comunicación tradicionales, no son dispositivos u ámbitos que utilizamos o transitamos ocasionalmente, si no que constituyen entornos en los que estamos con los otros en base cotidiana (Boczowosky et al, 2017). Siguiendo a Manuel Castells (2009), es posible afirmar la importancia de disputar el poder también en el espacio virtual, dado que las redes incorporan también relaciones de poder vigentes en la sociedad que las produce, entonces “el proceso de cambio social precisa de la reprogramación de las redes de comunicación en cuanto a sus códigos culturales y los valores e intereses sociales y políticos implícitos que transmiten” (2009, p. 396).

Si bien autoras y autores, como Monserrat Boix (2002; 2013) sostienen la importancia de que las mujeres ocupen lugares en la producción de contenidos online para disminuir la brecha de género, esto no sería suficiente para desterrar los discursos misóginos del mundo virtual. Con una mirada más amplia, Graciela Natansohn (2013) propone “entender el alcance político y social de la cultura digital y del entorno tecnológico como forma de la vida contemporánea, como el ambiente en donde se desarrollan nuestra vida y nuestras luchas” (2013, p 24). En el mismo sentido, desde el tecnofeminismo se propone una mirada hacia las tecnologías como parte del tejido social. Como tales, son susceptibles de modificar y de ser modificadas por la cultura que ostenta la sociedad de la que forman parte (Wajcman, 2006). De esta forma, el ámbito virtual se encontraría atravesado por las mismas lógicas patriarcales que imperan en el ámbito offline, teniendo en cuenta que estos ámbitos son inseparables.

Siguiendo en la línea de la observación de las posibilidades diferenciales de algunos colectivos respecto de la apropiación de los espacios virtuales y las tecnologías digitales, Graciela Natansohn y Mónica Paz (2018) señalan que éstas constituyen un escenario de apropiación y acción política para el feminismo y el colectivo LGBT, por lo que deben ser consideradas como objeto de reflexión teórica para los académicos y los movimientos de mujeres. Tomaremos en este trabajo, el concepto de apropiación, tal y como las autoras lo conceptualizan: una acción que promueve la contracultura y la resistencia, intentando dar nuevos sentidos a los ofertados por el sistema dominante” (Natansohn y Paz, 2018).

Respecto de las plataformas virtuales, con más de 23 millones de usuarios activos al momento de escribir este trabajo, Facebook ha logrado el tercer puesto en masividad en Latinoamérica, la Argentina es uno de los países de la región en donde Facebook ha logrado mayor penetración (Torres, 2017).

La propia empresa Facebook reveló que durante el año 2017 el tema más discutido a nivel mundial fue el Día Internacional de la Mujer, en donde Argentina lideró las conversaciones en la red social junto con Estados Unidos, Brasil, India y México (De qué discutimos durante 2017 los argentinos en Facebook, 2017)1.

Metodología y delimitación del análisis

De acuerdo a los datos expuestos en el apartado anterior, se seleccionó la red social Facebook como marco general donde ubicar el tema de esta investigación debido a su masividad en Argentina durante el periodo de producción de datos de esta investigación y a su relevancia a nivel local y global como ambiente de discusión en torno del Día Internacional de la Mujer, fecha que marca la selección del corte temporal que abarca este trabajo. Para esta investigación se seleccionaron las páginas de Facebook de dos medios de comunicación con líneas editoriales diferentes y con posiciones dispares en cuanto a la construcción de agenda en lo que respecta a temáticas de género y feminismo, estos son: La Nación y La Garganta Poderosa. El criterio principal de selección atendió a la construcción de un corpus de análisis constituido por comentarios lo suficientemente diversos que permitan comprender de manera amplia los extremos y también los puntos de coincidencia en los discursos que construyen los/as usuarios/as de esta red social en torno de las militancias feministas, para lo que se consideró pertinente relevar las intervenciones tanto de lectores de medios de comunicación tradicionales como de medios alternativos y comunitarios. Por lo tanto, fueron seleccionadas las páginas del diario La Nación, un medio de comunicación tradicional y de tendencia conservadora y La Garganta Poderosa, una revista producida por un colectivo barrial.

La Nación es un medio hegemónico y tradicional, relacionado políticamente con las elites más poderosas del país. Como tal, si bien intenta incorporar elementos en sus artículos que se correspondan con las nuevas tendencias de igualdad de género, suelen distinguirse lineamientos conservadores en sintonía con la ideología general del diario. La Nación designaba desde sus orígenes como interlocutores privilegiados al Estado, los gobiernos, los sectores que pertenecían a las altas esferas del poder político, económico y social (Gago, 2018). A pesar de sus intenciones de incluir entre sus notas temáticas de carácter popular, similares a otros periódicos de tipo sensacionalista de los que desde sus orígenes pretendió diferenciarse, como indica Biselli (2005) “se sigue queriendo el diario de la gran burguesía y de ese sector de la clase media que desearía serlo” (p. 7). Sobre la ideología históricamente liberal y republicana del diario, Sabrina Ajmechet (2008) agrega que La Nación no se ha dedicado a participar activamente de los conflictos, sino que ha tomado siempre una postura externa e ilustrada, como intentando “iluminar” a los protagonistas de la lucha en la arena política. Durante el período de análisis, su página de Facebook creada en 2009, contaba con 3.408.599 seguidores y realizaba más de 80 publicaciones por día.

En el caso de La Garganta Poderosa, se trata de un medio barrial de tendencia progresista. Sus notas difunden problemáticas de personas que viven en barrios de escasos recursos, contadas por sus protagonistas. Además, se reivindica “lo villero”2 como identidad cultural en relación con lo popular, separándose del modo en que los medios hegemónicos presentan usualmente a los habitantes de estos barrios. De acuerdo con este posicionamiento ideológico, es frecuente que se presenten en este medio las acciones de las mujeres villeras destacando que con pocos recursos logran generar espacios para socializar problemáticas comunes y desarrollar comunidades más igualitarias. Esta línea del autorreconocimiento y de la construcción de la propia voz colectiva es uno de los estandartes de la línea editorial del medio (Porrittelli, 2013). En lo que respecta a su fanpage, La Garganta Poderosa contaba con más de 517.000 seguidores al momento de la realización de esta investigación. La periodicidad de las publicaciones era variada, en algunos casos no se realizaban posteos por más de dos o tres días, y en otros se generaban tres en una misma jornada.

A fin de dar cuenta del objetivo de este artículo, se seleccionaron para el análisis únicamente los comentarios de los usuarios, dejando de lado los contenidos editoriales de las publicaciones y fotos, para poder recuperar los discursos que circulan en torno a las mujeres y los feminismos en cada una de las comunidades que se congregan en torno a las páginas. En cuanto a la selección de las noticias o publicaciones cuyos comentarios fueron relevados, se seleccionaron aquellas que contenían menciones explícitas a los movimientos de mujeres y militancias feministas. Como criterio de impacto para establecer la relevancia de las publicaciones, se consideraron particularmente la cantidad de reacciones de los usuarios en cada publicación (me gusta, me encanta, etc.), el número de veces en que el posteo fue compartido, y cantidad de comentarios. La muestra seleccionada para el presente artículo fue de siete publicaciones, en el caso del diario La Nación y de cinco para La Garganta Poderosa.

Metodológicamente, la investigación está inscripta en el enfoque cualitativo, que pretende describir las relaciones y dinámicas de la vida social y cultural en torno a los criterios que el comunicador pretende abordar. La perspectiva transversal del abordaje adopta elementos de la etnografía virtual (Hine, 2004), entre ellos la inmersión de la investigadora o investigador en los fenómenos que desea comprender y la práctica de la observación no participante y registro de diálogos y situaciones desde la óptica de la interpretación, tanto para la selección del corpus como para su sistematización y análisis. Para dar cuenta de los comentarios relevados, se utilizó el análisis cualitativo, crítico y descriptivo (Minayo, 2012).

El registro de los comentarios, que constituyeron el material principal de análisis, se realizó a través del relevamiento textual y el resguardo de los links correspondientes a los posteos utilizando la herramienta Evernote33 clasificándolos con diferentes etiquetas de acuerdo a las temáticas y sub temáticas del contenido de cada uno. Para realizar esta clasificación primaria de los comentarios según su contenido, se procedió a la revisión de todo el material y, mediante método inductivo, se establecieron dos grandes temas principales, en base a los cuales se articularon los dos apartados que componen el análisis presentado en este artículo: 1) Los modos en que las militantes feministas se muestran o se presentan y 2) El componente generacional, específicamente enfocado en la juventud. Al interior de cada uno de estos grandes temas se reconocieron sub temas específicos, en el primer tema, los subtemas delimitados fueron: la comparación con prácticas feministas de épocas anteriores y la ridiculización personal de las militantes feministas. Para el segundo tema, los subtemas delimitados fueron: el aspecto físico y la sexualidad de las mujeres feministas.

El período de producción de datos fue el mes de marzo de 2018, realizando el relevamiento de datos diariamente con el doble objetivo de comprender las dinámicas y rutinas de las publicaciones y de los comentarios e interacciones entre usuarios, y al mismo tiempo no dejar de lado moderaciones de comentarios o publicaciones editadas o borradas.

Detrás del “a mí no me representan”

Una de las principales críticas que se expresan de modo explícito en contra del movimiento feminista actual, se centra exclusivamente en las modalidades que adquieren las manifestaciones y visibilizaciones de las consignas feministas por parte de las militantes. Los modos de manifestarse, supuestamente contrarias a las buenas costumbres, generan comentarios que pueden ser condensados en la popular frase “a mí no me representan”.

En contraposición a las expresiones advertidas en marchas realizadas en los últimos años, como las del 8M4 o las efectuadas en apoyo a la legalización del aborto, en las redes sociales y en particular en los grupos seleccionados para este trabajo, se suelen reivindicar las formas de protesta de las sufragistas de fines del S. XIX y principios del s. XX. Julieta Lanteri, Victoria Ocampo, Alfonsina Storni, entre otras, son erigidas como ejemplos de mujeres que conquistaron derechos civiles claves, sin recurrir a prácticas tildadas de “inmorales” como pintar grafitis, marchar con el torso desnudo o realizar determinadas performances. En los siguientes ejemplos se observa cómo se critica e insulta a las mujeres que participaron de la marcha del 8M, en la página de Facebook de La Nación:

Imagen N.° 1 Fuente: Extraída de Fanpage La Nación publicado el 9-03-2018

Imagen N.º 2 Fuente: Extraída de Fanpage La Nación publicado el 23-03-2018

La frase “no me representan”, aparece también en comentarios de la página de Facebook de La Garganta Poderosa, un medio que por sus características, supone un público popular y con una ideología política contrapuesta a la de los seguidores de La Nación. Aunque, en general los comentarios reivindican y apoyan al feminismo popular y villero, resulta interesante que aún en esta página que ostenta ideales progresistas y lucha contra la exclusión, el discurso y los argumentos contrarios, sean similares a los de los lectores del diario conservador:

Imagen Nº 3 Fuente: Extraído de La Garganta Poderosa publicado el 9-03-2018

Imagen Nº 4 Fuente: Extraído de La Garganta Poderosa publicado el 9-03-2018

Como vimos hasta ahora, algunos comentarios remiten a una militancia feminista que se considera correcta, que consiguió avances mediante la aplicación de métodos de protesta que las personas significan como “aceptables” en virtud de entenderlos como no polémicos. Sin embargo, recorriendo algunos ejemplos históricos, recordemos que Emily Davison (1872-1913) se convirtió en mártir para el feminismo el 4 de junio de 1913 en Inglaterra, cuando desplegó una bandera reclamando por el sufragio en medio de una afamada carrera de caballos, y murió luego de ser atropellada por uno de ellos (Borrelli, 2018). En Argentina, Virginia Bolten (1876 – 1960) fue detenida por protagonizar la huelga de inquilinos de 1907 durante la cual las mujeres salieron a la calle con sus escobas al grito de: ¡barramos con las escobas las injusticias de este mundo! (Borrelli, 2018).

En los casos mencionados, al igual que en el de la reivindicada Julieta Lanteri, destacada como exponente del “buen feminismo”, suele perderse de vista el contexto histórico para el análisis de su militancia. Si bien “La Lanteri” no solía poner bombas o romper vidrieras, como sí sucedió con las sufragistas inglesas, realizó acciones que fueron condenadas por la opinión pública de esos años por apartarse completamente de los roles asignados a su género. Su militancia política en espacios que tradicionalmente estaban sólo reservados para los hombres, hablando en público y empapelando las calles de panfletos con su candidatura a Diputada en 1919, podrían corresponderse con lo que hoy sería marchar sin ropa o realizar pintadas políticas.

Las críticas de los medios de comunicación de la época resultan muy similares, a grandes rasgos, con las que hoy se condenan algunas formas de manifestación del colectivo feminista. Por ejemplo, según lo observó Sarah Babiker (2015), el diario británico The Guardian desarrolló su postura sobre Davison al poco tiempo de su fallecimiento, señalando que “esas personalidades carismáticas” arrastraban a las mujeres hacia estados de enferma emotividad que perjudicaban la lucha de aquellas que pedían por el voto femenino de forma educada y sensata.

En la actualidad, siguen circulando discursos similares en relación a las formas supuestamente femeninas y correctas de protesta:

Imagen Nº 5 Fuente: Extraído de Fanpage La Nación publicado el día 23-03-2018

Imagen Nº 6 Fuente: Extraído de Fanpage La Nación publicado el día 23-03-2018

Imagen Nº 7 Fuente: Extraído de La Garganta Poderosa publicado el 9-03-2018

Como se ve en los ejemplos citados, también las feministas de la segunda ola fueron en su época atacadas por desobedecer las normas y los roles de género. Sin embargo, según lo observado en el análisis, los comentarios críticos o abiertamente descalificatorios de la militancia feminista actual rescatan aquellas otras militancias como modelos a seguir, condenando otras formas de manifestación. Entendemos que al mismo tiempo que se opera una estrategia de descontextualización mediante ignorar las polémicas que despertaron en su época las formas de manifestación feminista citadas como ejemplos a seguir, también se deshistoriza al movimiento feminista actual al separarlo o escindirlo de las prácticas feministas de décadas atrás, ignorando las continuidades y discontinuidades en la agenda feminista, las divergencias internas y la diversidad de un movimiento amplio y múltiple. De este modo, se niega el espesor político y las ramificaciones del movimiento feminista mediante la simplificación absoluta a un contraste entre antes/después y se niega el espesor temporal de demandas como, por ejemplo, la despenalización del aborto.

Otro eje de críticas hacia las militantes actuales, lo constituye su supuesta falta de preparación académica o inteligencia, constituyéndose esto también en un elemento de contraste entre feminismos actuales y la nostalgia por las manifestaciones del pasado.

Imagen Nº 8 Fuente: Extraída de Fanpage La Nación publicado el 23-03-2018

Imagen Nº 9 Fuente: Extraído de Fanpage La Nación publicado el 31-03-2018

De esta manera, se percibe la construcción de una serie de críticas a las manifestaciones y militancia feminista centradas en dos líneas. Una primera línea se centra en la crítica a las formas visibles que dichas manifestaciones adquieren: la ocupación del espacio público como acto ilegítimo y la puesta en escena de formas alternativas de sexualidad y de corporalidad de mujeres como un valor negativo. En varios de los comentarios citados, se pone de manifiesto el rechazo a lo que Rossana Reguillo (2000) llama la carnavalización de la protesta:

La carnavalización de la protesta, la dramatización de los referentes identitarios, la imaginación para captar la atención de los medios de comunicación, trastoca las relaciones en el espacio público y señala la transformación en los modos de hacer política (p. 148).

En una segunda línea, se hacen referencias laterales a los contenidos de los reclamos y reivindicaciones que animan a las manifestaciones feministas, pero sin discutir dichas ideas, sino apelando a la ridiculización o desacreditación de las capacidades intelectuales y de articulación política coherente de las militantes como estrategia para la invisibilización de las discusiones que el movimiento feminista propone.

En ambas líneas, tanto en las críticas a las formas de manifestación pública como en la desacreditación de las ideas feministas, resulta llamativa la frecuencia con que se plantea un contraste entre las feministas “de antes”, cuyas modalidades de intervención pública y claridad de ideas políticas parece ser aceptable, y las feministas “actuales” a quienes se carga de valores negativos. En principio, es posible observar que este contraste opera una separación significante entre las militancias y su contexto histórico, lo cual permite restarle importancia a sus reclamos al desprenderlos de las reivindicaciones históricas y, al mismo tiempo, resta valor y representatividad a las voces de las militantes actuales.

La “revolución de las hijas” y las críticas a las jóvenes feministas

La carga de valoraciones negativas que se construyen en torno de las militancias feministas actuales se observa de modo intensificado cuando en los comentarios se hace referencia a las jóvenes feministas.

La relación entre los jóvenes y los movimientos políticos ha constituido en las últimas décadas motivo de críticas por parte de los medios de comunicación tradicionales. Florencia Saintout (2012) describe cuatro tipos de discursos dominantes en los medios de comunicación con respecto a los jóvenes y su relación con movimientos políticos. Según la autora, se clasifican en “los que no pueden”, aquellos que son desinteresados o incapaces de comprometerse con causas políticas o sociales; “los mal interesados”, presentados como extremadamente ideologizados, personas ingenuas motivadas por intereses de partidos políticos que los utilizan en su favor; “los inocentes”, quienes simplemente ayudan a vecinos quitándole la dimensión política a sus causas; y los más peligrosos “los irracionales”, jóvenes que integran movimientos antisistema, capaces de destruir el orden establecido y la propiedad privada (2012, p. 16). A esto se añade que, en todos los casos, los discursos no sólo son iniciados o reproducidos por los medios de comunicación, sino que la construcción de sentido se propaga desde o hacia la opinión pública.

La creciente visibilización de las generaciones jóvenes de la militancia feminista durante los últimos años, particularmente propiciada por el activismo en las redes sociales, no escapa de estas caracterizaciones. Periódicamente, cuando algunos temas relacionados con las demandas del movimiento de mujeres y feminista ocupan el centro de la agenda mediática, por ejemplo, recientemente la discusión en torno a la ley de interrupción voluntaria del embarazo, recrudecen en los medios de comunicación las críticas a las mujeres de menor edad reformulando varios de los mencionados discursos. Esta asociación negativa entre juventud y militancia política fue señalada por diversos estudios como una estrategia de silenciamiento o de llamada al orden sobre los sujetos/as jóvenes, particularmente señalando que suelen pesar sobre los y las jóvenes y sus manifestaciones políticas ciertas exigencias por parte de los medios de comunicación sobre la necesidad de aclarar sus intenciones, las bases ideológicas de sus demandas, la viabilidad de sus proyectos y las aptitudes y preparación intelectuales y políticas de sus portavoces, siendo estos requisitos que no se cobran con la misma intensidad cuando se trata de otros grupos (Saintout, 2012; Urresti, 2014). En el caso específico de las militancias de jóvenes mujeres, las connotaciones negativas que pueden encontrarse en los espacios en redes digitales de los medios de comunicación tradicionales son exacerbadas tanto por su condición de jóvenes como por su condición de mujeres, sumándose a las especulaciones sobre la legitimidad de sus reclamos también las descalificaciones relativas al cuerpo de las militantes, su comportamiento sexual y moral y su idoneidad para la realización de propuestas políticas.

Retomando los conceptos de Saintout (2012) observamos en las notas aludidas cómo se presenta a las jóvenes con características que se corresponderían con las categorías “los que no pueden” o “los (mal) interesados”. La “Revolución de las hijas”, como la nombró Luciana Peker (2018) en el debate parlamentario por la legalización del aborto, vuelve a poner de manifiesto la desacreditación general de las jóvenes como sujetos políticos.

En los comentarios analizados, puede observarse cómo se infiere que las militantes desconocen las causas de las manifestaciones, son ignorantes o vagas, se manifiestan de manera contraria a la moral y a lo que se consideraría típicamente como actitudes femeninas, y ponen en escena corporalidades y sexualidades diferentes a las establecidas en los cánones aceptables de la belleza femenina y de la heterosexualidad normativa.

Imagen Nº 10 Fuente: Extraído de Fanpage La Nación publicado el 23-03-2018

Imagen N.º 11 Fuente: Extraído de Fanpage La Nación publicado el 9-03-2018

Imagen Nº 12 Fuente: Extraído de Fanpage La Nación publicado el 31-03-2018

Imagen N.º 13 Fuente: Extraído de Fanpage La Garganta Poderosa el 9-03-2018

Imagen Nº 14 Fuente: Extraído de Fanpage La Nación publicado el 9-03-2018

Imagen N.º 15 Fuente: Extraído de Fanpage La Nación publicado el 31-03-2018

Imagen N.º 16 Fuente: Extraído de Fanpage La Nación publicado el 9-03-2018

Imagen N.º 17 Fuente: Extraído de Fanpage La Nación publicado el 9-03-2018

Este tramo del análisis centrado específicamente en las referencias construidas en torno de las jóvenes en el movimiento feminista y de mujeres permitió visibilizar una construcción diferencial de los discursos violentos respecto de este grupo en particular. Si bien se observó que las críticas al movimiento feminista continúan articulándose en torno de los dos ejes antes mencionados: por un lado, la crítica centrada en las modalidades de protesta y de visibilización de sí mismas, y por otro, la desacreditación de las ideas y propuestas mediante la negación de su continuidad o relación con consignas feministas de generaciones anteriores. En el caso de las jóvenes los comentarios agregan con mayor frecuencia elementos relativos a la falta de preparación de aptitudes para la formulación de propuestas políticas, mucho menos para la continuación de un movimiento de mayor alcance, y, en especial, se apela insistentemente a las características corporales, estéticas y al comportamiento moral y sexual de las jóvenes como elementos centrales de las estrategias de silenciamiento y llamada al orden.

Algunas conclusiones

En base al análisis realizado fue posible construir una caracterización de los discursos que circulan en los comentarios de lectores y lectoras en las páginas de Facebook de medios de comunicación argentinos, acerca de las críticas al feminismo popular y a sus militantes.

En principio, se destaca el repudio a los modos de manifestarse en la actualidad, con un eje principal que parte de la “femineidad” - o la falta de ella- por parte de las manifestantes. Uno de los ejes de este aspecto es la desaprobación de la visibilización del cuerpo como instrumento político, lo cual es considerado una falta moral grave.

Sin embargo, se pudo observar como eje central de la desaprobación construida acerca de los modos en que se realizan y se ponen en escena las manifestaciones de los colectivos feministas, la construcción de un contraste o contraposición entre los feminismos “actuales” y las reivindicaciones y grupos feministas “de antes”. En base al contenido de los comentarios que se construyeron en torno de esta temática, pudimos establecer que se hace referencia a los movimientos sufragistas de la segunda ola del feminismo, cuyas manifestaciones se rescatan como pacíficas y conforme a las buenas costumbres, desconociendo de modo no inocente que aquellas feministas fueron igualmente reprobadas por los medios de comunicación y por la opinión pública en su contexto. Entendemos que no resulta neutra esta insistencia en diferenciar los feminismos actuales de aquellos de épocas anteriores, dado que se instrumenta como principal argumento para restar importancia a las reivindicaciones contemporáneas en vista de su falta de filiación respecto de otras demandas y otro movimiento feminista que se construye simbólicamente como diferente, distante, del que vemos en el presente. De este modo, las demandas feministas se ven al mismo tiempo deshistorizadas y despolitizadas, al ser despojadas de su legado de décadas de lucha y de los numerosos logros alcanzados.

Las estrategias de ejercicio de violencia observadas se recrudecen y adquieren características particulares cuando se trata de jóvenes militantes. Por un lado, las críticas relativas a las modalidades de protesta y de ocupación del espacio público se dirigen de manera directa a los cuerpos y las sexualidades de las jóvenes, a los que se coloca bajo escrutinio en relación con los cánones dominantes de belleza femenina y de actitudes morales sexuales aceptables desde el punto de vista de la heterosexualidad normativa. Por otro lado, las críticas sobre la consistencia ideológica y la pertinencia de las consignas defendidas por las jóvenes feministas, no refieren al debate de ideas ni si intentan refutar desde la posición de quien comenta, sino que la desaprobación se zanja en los señalamientos que especulan sobre la poca preparación de las jóvenes y la escasa convicción o involucramiento con el movimiento, señalado en muchos casos como una moda o como una excusa para el exhibicionismo.

Resulta posible entrever una cierta continuidad en las modalidades de violencia que se observaron en este análisis, ejercidas en el ámbito de las redes sociales, y algunas de las modalidades de silenciamiento y ataque a las ideas feministas en otros ámbitos de la vida social. Sin embargo, su caracterización, desdoblamientos y modos de construcción en torno a ejes centrales y a niveles de intensidad específicos según cada grupo, además del hecho de tratarse de mensajes escritos por usuarios y usuarias particulares y sin obligaciones –al menos reconocidas- respecto de una línea editorial o intereses institucionales explícitos, ofrece algunos elementos para comprender específicamente la circulación y la reproducción de discursos violentos hacia las mujeres en los ámbitos de las redes sociales. Reconocer el espacio virtual como un lugar consolidación y reivindicación de discursos violentos, supone también un insumo básico para la construcción de estrategias de resistencia, y lograr ganar así desde los feminismos la batalla cultural.

Notas

  1. En total se registraron 430 millones de interacciones provenientes de 165 millones de usuarios a nivel mundial.
  2. En Argentina se denomina villa o villa miseria a los asentamientos informales que se conformaron en barrios fiscales o privados ocupados generalmente de manera ilegal, a partir de 1930 y que actualmente son habitados por personas de bajos recursos, desocupados o con trabajos que pertenecen a la economía informal (Muller, Ungaretti, Costa y Etchezahar, 2015).
  3. Evernote es una aplicación que permite tomar notas, capturar ideas y recursos multimedia, y organizarlos en “libretas” según criterios elegidos por el usuario. También se pueden utilizar etiquetas para agrupar temáticamente las notas y así filtrar por campos específicos que resulten de utilidad para quien utilice la plataforma (Evernote, 2019).
  4. El 8M refiere al 8 de marzo, día en que se conmemora el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Además, desde el año 2017, durante esta jornada se realiza en Argentina y otros 56 países el Paro Internacional de Mujeres, en reclamo por los derechos de género. (Laudano C. et al, 2018).

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